Mi polla ya estaba dura de nuevo. De hecho, no sé si no se puso así en algún momento. Vi mi semen brillar en sus labios y los alisé sin prisa, casi sin poder aguantarme y yendo a por todo con mis labios.
No recordaba la última vez que había tenido sexo así. Y no había manera, porque nunca lo había hecho. Nunca había deseado tanto a una mujer como Olivia Abertton Clifford.
- Cuidado con los dientes, Chuchu... Tienes que ser suave al chupar y abrir bien la boca para que pueda meterlo todo dentro.
Olivia asintió y abrió la boca mientras yo penetraba sin prisas, probando sus límites, tragándose todo lo que yo le daba. Tenía la impresión de que si quería ir más allá de su garganta, lo cual era imposible, ella aceptaría.
Empecé a follarme esa maravillosa boquita, tan caliente como su coño.
- ¿Alguna vez le has hecho esto a alguien? - me oí preguntar, insegura, con el corazón acelerado ante la posibilidad de que dijera que sí.
Como no hubo respuesta, empujé más fuerte, más rápido, viendo las