EL HOGAR... II
¡He fracasado! La venganza se había ido por el desagüe. Era como si perder fuera el mayor problema que había tenido en mi vida.
Volví a mirar el anillo y recordé mi promesa, que si me devolvía el Patek Phillippe, me besaría en la boca, como tanto había deseado, y me daría el anillo con mi nombre, como ella siempre me había exigido. Allí estaba yo con mi dedo adornado con el anillo que Chuchu había comprado con la venta de mi reloj y su nombre grabado en él. Al final, no cumplí nada de lo que había prometido... La hice sufrir de todas las formas posibles, incluida la inanición, y no le di nada a cambio. Y ni siquiera le pegué a Ernest, que no levantó el culo para salvar a la hija que era su gran amor.
¿Qué clase de puto amor era ese? Dejó que su mujer lo humillara, la negó durante más de 10 años y aun así dejó que se casara conmigo, sabiendo que todo era un macabro plan para hacerle daño.
No podía dejarla volver a esa casa. Chuchu no sería feliz allí. Nadie en el mundo era capaz de ama