Drago.
Drago.
Por: Ross Sandoval.
Prólogo.

Drago:

Ella estaba frente a mi, de sus ojos azules salían muchas lágrimas, estaba arrodillada ante mi mientras su cuerpo temblaba.

—Drago —sollozó— por favor, tienes que.. tienes que escucharme, las cosas no sucedieron así.

Caminé de un lado a otro conteniendo mi ira, mi arma yacía en mi mano, no sabía que hacer o pensar, la amaba y ella me traicionó con mi peor enemigo, la encontré en su cama, desnuda, joder ¿Cómo pudo?

—Entonces ¿Cómo sucedieron Samantha? —le apunté en la frente—¡Estabas en su cama! ¡Te Vi maldita sea! —cargué el arma.

Solo en la habitación estábamos nosotros dos, verla llorar me partía el alma, pero que ella me haya traicionado así, duele más, yo no soy un idiota al que quiere verle la cara, soy Drago Valkov, el maldito dragón de Bélgica y a mi nadie me traiciona y vive para contarlo.

Confié, la amé, me arrodillé cómo un idiota por amor.. Ahora me pagó con esta traición.

Solté el arma y la tomé del cabello y la tiré a la cama.

—Vas a aprender que conmigo no juegas Samantha —dije molesto— vas a cumplirme antes de que te mate.

—¡No Drago! Por favor —su voz temblaba— solo.. escúchame, lo que viste en esa habitación no es lo que parece.. El.. el me drogó e intentó abusar de mi —soltó en medio del llanto— me hizo creer que estaría a salvo, me drogó para violarme.. —soltó en medio del llanto. 

Retrocedí ante sus palabras, sus ojos hinchados por el llanto me miraban con miedo y tristeza, el maldito la había drogado, era cierto, maldito sea.

—Yo...

—Dejame ir —sollozó y yo negue—  ¡Dejame ir! —gritó— no puedo creer que despues de lo que hemos pasaso, lo que hemos vivido.. Hayas intentado asesinarme, lo peor es que hayas desconfiado asi de mi cuando yo he dado la vida por ti. 

Su mirada hacia mi era de odio puro, estaba más que claro que ahora ella me odiaba, estaba por asesinar a la mujer que amo.. Esto es la mismísima m****a.

—Perdón Samantha —ella negó— no debí hacerlo..

—¡Ibas a matarme! —alzó la voz— yo.. yo llevo a tu hijo en mi vientre —sollozó más fuerte— te lo iba a decir anoche, pero pasó todo esto y —se empezó a quejar de dolor.

Cuando estaba por caer al suelo la sostuve en mis brazos y su rostro palideció.

—Samantha.. —la tomé de las mejillas— ¿Que pasa?

—Me duele.. —hizo una Mueca de dolor— Drago, mi bebé..

La cargué para llevarla a la cama y al acostarla de nuevo, su vestido estaba manchado de sangre.

—Mierda.. Samantha, resiste un poco, iré a buscar un médico para que te atiendan —ella sostuvo mi mano.

—Si pierdo a mi hijo.. será tu culpa. —lloraba.

Sus palabras se clavaron dentro de mi ser, no podía permitir que ella perdiera a mi hijo por nada del mundo.

—¡Ian! —corrí hacia las escaleras— ¡Llama al medico ahora! 

Corrí de nuevo hacia la habitación, mis manos empezaron a temblar ¿Por qué Dios? ¿Por qué tuve que reaccionar de esta forma? Tenia que escucharla.. Si pierde a mi hijo no voy a poder cargar con esto. 

El medico llegó a la habitación con Saraí, ambos me sacaron de la habitación, voltee y sentí un golpe seco en mi cara, Ian me había golpeado. 

—¡Eres un idiota! —me gritó— ¡¿Como pudiste hacerle esto cuando espera a tu hijo?!

—¿Lo sabias?

—Si, me lo dijo ayer y hoy estábamos planeando la sorpresa... Ahora me dirás que pasó.

Le conté lo que Angie me dijo en el almacén luego lo que me dijo en casa de Marcus y le enseñé las fotos. Luego lo que pasó en la habitación de esa suite. 

—No le creíste ¿cierto?

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