Samantha:
Deje a Drago tranquilo, al menos eso pensaba..
Me sentía muy mal por seguir viva, quizá si hay alguien allá arriba, puede que me esté dando una oportunidad para seguir sufriendo. Aun pensaba en la voz de Simon hablándome al oído, sintiendo sus asquerosas manos por mi cuerpo, todo esto me ha quedado como una enorme cicatriz invisible que jamás se va a borrar de mi mente y cuerpo.
Todavía no me cabía en la cabeza porque Michelle hizo todo ésto, no entendía como que ella podía odiarme tanto si jamás la he lastimado, yo la he querido siempre, pero ahora ese sentimiento se ha convertido en odio, la odio tanto por hacerme esto. Ella no merece que la siga llamando hermana, jamás lo ha sido.
—Muñeca, estás muy pensativa ¿que sucede?
Quisiera poder decirte pero no puedo, siento demasiada vergüenza, no podría con ello.
—Sólo quiero irme de aquí..
—Esperemos que mejores y nos iremos a casa —solo asiento.
—Drago —me senté— ¿podrías traerme Yogurt?
—Claro, mandaré a uno de mis hombres