[DANIEL]
Mi madre continúa.
—No pude hacer nada, fue decisión de tu padre y…
—No importa, ni mis hijas ni yo necesitamos esto… Lo que tengo me lo he ganado, y ellas no son objetos que ustedes puedan comprar con dinero… tal y como lo hicieron con Hannah.
Decir su nombre ya no duele como antes… pero debo aceptar que no pude evitar buscarla por la empresa, incapaz de recordar que, después de aquella cena en la casa de mis padres —en donde perdí todo—, ella renunció.
Aun así, me quedé viendo su escritorio, inundado de recuerdos.
(FLASHBACK)
Tenía veinte años cuando papá me llevó a trabajar por primera vez en la empresa, después de escapar junto a Sandra del internado en Italia hacía unos años.
—Pon mucha atención a todo lo que yo haga… Esta empresa será tuya y de tu hermana, pero quien la manejará serás tú, mientras ella sigue su sueño en el modelaje.
¿Y mis sueños? ¿Qué?
Ignoré su indicación y lo seguí por la puerta de vidrio de la entrada, hacia el elevador.
—Mientras yo atiendo unas re