DANA
Era un momento de mi vida en el que todo podía pasar… era ahora o nunca.
Miro el documento frente a mí y no soy capaz de tomarlo, porque, en el fondo, sé que no encontraré nada bueno… al menos, no para mí.
El chico de A&T lo extiende una vez más. Me muerdo las uñas y hago el amago de tomarlo, pero es tan difícil… Si es tan grave como lo describió Ezra en la llamada, quizá debería pensarlo dos veces antes de decidir qué hacer.
—El señor Thompson dijo que quizá dudaría un poco en tomarlo. Viene con un sello especial. Por favor, ábralo cuando se sienta lista, fue lo único que pidió.
El joven, de apariencia asiática, sale de la propiedad y sube a un Ford Focus negro, con la insignia de la empresa de seguridad enmarcada en la parte inferior de cada puerta.
Tomo el sobre y lo guardo en el cajón de la ropa que pertenecía a mamá, en nuestra habitación… o más bien, en la que ahora comparto con Daniel, porque ya pasó sus cosas a este cuarto.
Ahora me toca cuidar a mi hermano. Sin pedir per