[DANA]
(UNA SEMANA DESPUÉS)
Los golpes habían sanado en su mayoría, aquel accidente no había ocasionado golpes peligrosos en mi cabeza... pero me había quitado lo más valioso para mí.
La chica frente al espejo me parecía una extraña. Al levantar mi camisa, se me ceñían las costillas, los huesos en mi clavícula eran más notorios, mis ojos estaban hundidos y repletos de ojeras, y eso no era para menos.
Me levanto cada noche gritando, soñando con mi bebé, soñando con ese día.
Soportando el dolor de nuevo, una y otra vez.
Max entra a mi habitación, se queda parado viéndome y, aunque lo intenta disimular, no me mira con deseo ni con admiración; me mira con una profunda tristeza que hasta para él es difícil disimular.
—No me mires así —le pido.
Hablo un poco más, pero solo con él... Hasta ahora no he salido de mi habitación para nada, mi único contacto con el mundo es él.
—¿Por qué? Eres hermosa —trata de distraerme.
Cubro mi cuerpo con la bata de nuevo y me doy la vuelta. Max cierra la pue