[DANA]
Y pues bien, ahí estábamos.
Traté de dar un paso, pero el agarre de Axel sobre mi muñeca me detuvo de ipso facto. Tenía en el rostro una expresión de arrepentimiento colosal, que no parecía para nada haber sido él la persona que me motivó meses atrás a ir tras el amor de mi vida y pedirle matrimonio. Ahora estaba hecho un sentimental de lo peor y más que mi hermano parecía un papá que está entregando a su hija a un desconocido, solo que yo no era su hija y Daniel no era un desconocido, sino su amigo de tantos años. De pronto se miraba hasta apagado. Así de mal era su expresión en ese momento, algo que me pareció bastante tierno. Quizá porque no tenía a mamá aquí y papá no existía, por lo cual, era la única familia que tenía.
Pero era mi día y nada, incluso él y su sentimentalismo, me iba a detener.
Desde lo lejos ví a un sonriente Daniel negando con diversión. Creo que podía darse una idea de lo que estaba pasando a solo unos metros de distancia.
Suspiré un poco estresada.
—Axel