(NARRADOR OMNISCIENTE)
[DANA 18 AÑOS]
—No quiero estar aquí.—
Era un día difícil para Dana; escuchar los lamentos falsos de las personas que habían llegado al funeral de su madre, ver tanta hipocresía junta, no era lo suyo. Pero su hermano se había adelantado y había salido casi huyendo de aquel lugar.
—Espera, Axel... voy contigo.—
Salieron de la casa, escuchando a sus espaldas los malos comentarios de todos aquellos hipócritas, llamándolos "malos hijos", criticándolos por irse a medio funeral. Pero... ¿para qué se iban a quedar? Entendían que su madre ya no estaba ahí; ese solamente era su cuerpo, y lo único que quedaba de ella con ellos eran los maravillosos recuerdos a su lado.
Subieron al auto en total silencio; ninguno tenía ganas de hablar, no estaban de ánimos. No había nada ni nadie que pudiera menguar aquel dolor.
Fueron casi dos horas de viaje hacia aquella casa de playa, que pertenecía a su madre. En ningún momento el silencio cesó; Axel subió a su cuarto, después de darle