Guardo el arma y vuelvo a acomodarme en mi asiento mientras seguimos avanzando por las calles.
Pido un celular y el ruso es quien denuevo me lo entrega, marco el número de Oliver quien rápidamente contesta.
— Estamos por llegar ¿Cómo sigue? — pregunto por su estado al no estar tan lejos de la residencia.
— Sigue igual, su condición no mejora, Estefan no se despega de él, controlando constantemente su estado ¿no cree que sería mejor traerlo con nosotros? — propone algo inteligente mientras mi nerviosismo se aviva otra vez.
— Si tráelo, pero que nadie más lo sigan.
— ¡¡Demonios!! — exclama Gael haciendome verlo.
— ¿Son ellos? — cuestiona Dmitry y creo imaginar a quien se refieren
Volteo a mirar hacía atrás todavía con el móvil en mis manos.
《 ¡¡Maldición!! 》
A la distancia contemplamos como vienen tras nosotros otra vez.
— ¿¡Cómo hicieron para encontrarnos!? — vocifero frustrada con toda esta situación.
— ¿Entonces fue eso? — balbucea Gael para si mismo. — ¡¡Me pusieron un puto rast