CRISTAL
Las enormes rejas que rodean el frente de la mansión se abren, dándome lugar para estacionar. No miro a ningún lado en particular cuando bajo del Jeep solo camino hacia donde probablemente me espera mi juicio. Quisiera mostrarme bien frente a los que me achibillaran con preguntas pero mi subconsciente me traiciona.
Tengo un sinfín de pensamientos y sentimientos que no puedo silenciar, y es tan malditamente desesperador que todo se me vuelve insufrible.
Creo que todos lo ven en mi rostro por como bajan la cabeza, menos el jefe de Guardaespaldas.
— Bienvenida Señorita Cristal — evito el tener que saludarlo pero el que me espere en el porche detiene mi andar.
Asi bien mi mirada afilada tensa a Michael igual se mantienen recto, ganándose la atención de varios pares de ojos que se centran en él, con algo parecido al respeto u capaz miedo. Es entendible después de la impresión que deje la última vez.
《 Estoy astiada y ni siquiera he entrado todavía... 》
— ¡Señorita! Que bueno qu