Capítulo 2: La boda... El intento de homicidio

 Después de unas largas horas con esa pésima conversación, que así era para Lilac, Ella volvió a su habitación y no salió hasta el otro día, el día esperado por todos, menos por ella, la tan deseada boda.

Ya estando en medio de la ceremonia, Lilac al ver a Aceline de lejos, se acordó de su sugerencia, y trataba de sonreír, dando a notar su falsa felicidad, mientras que Rose lloraba de alegría.

Todas las personas de aquella provincia estaban en aquel lugar, agregando algunas otras personas de otros territorios, después de la ceremonia, ya en la fiesta, Lilac y Aceline hablaban:

-Lo hiciste muy bien, si no te conociera hubiera creído que estabas muriendo de felicidad

-Gracias por la sugerencia, condesa

-De nada, ¿Has vuelto a hablar con el inesperado?

-No, pero, ¿qué tanto sabes de él?

-Solo he hablado con él en una ocasión, es una persona fría, no piensa en él, solo entiende que cumplir con sus promesas es ser responsable, por encima de todo es su ambición, pero vas a ser quien confirme todo eso

-Felicidades Lilac, (escuchó decir a alguien) Lilac se volteó y vio que era Bern

-Gracias ¿Recibiste mi carta?

-Sí, y a la vez pude notar lo rápido que te gustó mi hermano

-No sabes lo que estás diciendo Bern, cómo lo hubiera conocido, si ni siquiera asistía a las fiestas con frecuencia…Recuerda que tú mismo me dijiste que no era de su agrado ir a las fiestas

-Lilac, él te ofrece más, solo debiste decir eso y punto

-Disculpe, ella está ocupada ahora, (le dijo Aceline)

Al momento de Aceline haber hablado, Bern no dijo una palabra más; y se fue a otra parte

-No le prestes atención, hiciste todo lo que pudiste. (Le dijo Aceline)

Mientras hablaban, en medio de todo este drama, el esposo de Aceline, el conde de Montfort, la buscó para bailar, quedándose Lilac solo respondiendo a las felicitaciones de las personas, la boda duró un día completo, al momento de partir al nuevo lugar, sintió nostalgia al dejar a su familia y sus recuerdos atrás.

En la madrugada, mientras estaban de camino, Lilac podía sentir como el miedo se incrementaba en ella, ya que estaba muy triste.

¿Estás bien? (Le preguntó Chandler) Lilac no respondió

-  ¿Lilac?

-Arruinaste mi vida, ¿Cómo podría estar bien? (Dijo Lilac deprimida, dejando a Chandler en silencio).

No fue un viaje muy agradable, pero al llegar, Chandler sin perder tiempo…

-Lilac, él es Fréderic, él te llevará a tu habitación

- ¿A mi habitación? (Pensó Lilac)

Lilac pasmada de asombro, fue con Fréderic, dentro del palacio, ella pensaba que, pese a que en realidad ellos no se amaban, Chandler tuviese la idea de tener intimidad con ella.

Subiendo las escaleras, Lilac observaba aquel palacio, era un poco más lujoso que el de su padre, pero muy similar. Estando Lilac entretenida, mirando alrededor, cuando Fréderic dijo:

-Su habitación señora, (le dijo éste amablemente)

-Gracias, es muy hermosa, (dijo Lilac al entrar)

-Llamaré para que le ayuden a organizar sus pertenencias

-No, no es necesario, gracias

- ¿Algo de comer o de beber?

-No, gracias.

Al estar en su habitación, Lilac no se sentía tan mal y asustada como estaba, aunque pensaba que quizás las cosas podrían cambiar, y cuando iba a ponerle la cerradura a la puerta, Chandler entró. Este la miraba fijamente, y le dice:

-  ¿Estás mejor ahora?

Lilac solo lo observaba

-  ¿Necesitas algo?

-No, (contestó Lilac rápidamente)

Chandler sin decir nada más, se dio vuelta y con cuidado cerró la puerta. Había sido un largo día, Lilac estaba cansada y muy impresionada de estar en aquella habitación, así que se acostó para tratar de dormir.

Chandler estaba tratando de dormir en la habitación a la que se había retirado, y Lilac había quedado sola en aquella hermosa residencia del palacio en Francia, después de su boda… Como todo palacio, la habitación era muy elegante y espaciosa. La cama era tan suave como seda y había un exquisito aroma en todo aquel dormitorio.

Cualquier persona hubiera querido pasar no solo la noche, sino la vida entera en aquel lugar. Todos menos Lilac, que fue forzada por su padre a casarse con Chandler, y viceversa. Dos seres unidos por imposición de sus padres, y no porque se amaban el uno al otro.

Al estar allí, muy pensativa por todo lo sucedido, de repente Chandler movido por la curiosidad y la intriga que le sobrevino, se presenta en la habitación y pretendía consumar el matrimonio teniendo intimidad con Lilac, ya que decía él dentro de sí: Total, ya es mi esposa, cosa que a Lilac sorprendió, por lo que ya habían hablado, y que ambos estaban al consciente de que no se amaban.

Mientras Chandler la desvestía, todo su cuerpo temblaba. Aunque él no la desvestía toscamente; Sin embargo, ella estaba llena de miedo, porque pensaba que él podría golpearla y maltratarla, ya que muchas mujeres corrían con esa suerte, por así decir. Y ella se negaba a que hiciera tal cosa.

Mas como el hombre ejercía una potestad sobre la mujer, como si esta fuese un vil o despreciable objeto, Lilac estaba estupefacta por todo aquello. Era algo común y frecuente en la edad media, y ni siquiera la clase alta o la nobleza escapaban a esa realidad de ejercer el maltrato.

- Por favor, no estoy lista para esto, (decía Lilac mientras estaba parada frente a él, con su mirada dirigida hacia el suelo).

-Acuéstate (decía Chandler fríamente, justo cuando el vestido de ella cayó al suelo).

Lilac no quería tener intimidad. Su mirada recorría la cama y el piso, mientras ésta se cubría con sus brazos tratando de tapar sus pechos, que quedaron al descubierto, ya que se sentía avergonzada. Chandler le pidió que se acostara, mientras le gritaba… Lilac comienza a llorar y Chandler la empujó hacia la cama. Lilac estaba aterrada.

Ella cubría su rostro con sus manos, mientras lloraba y temblaba. Eso era lo único que podía hacer. Cuando Chandler estaba en la cama, en medio de ese forcejeo, él notó lo aterrorizada que Lilac estaba. En ese momento, sus ojos fueron abiertos y él se sintió como un monstruo. Sus ojos se abrieron más todavía y pensó: pero ¿qué es lo estoy haciendo? era como si algo se había apoderado de su mente.

Hubo una especie de volver en sí en él, pues Chandler se sintió avergonzado, porque él se

comparó con su padre. Así que no la forzó a acostarse con él. Más bien se sentó en la esquina de la cama; y empezó a reflexionar sobre el comportamiento de su padre, cosa que bastante le irritaba, que le impusiera las cosas contra su propia voluntad, que tuviese que escoger por él, aunque Chardler había asimilado como algo normal aquel comportamiento que manifestaba.

Y, a decir verdad, Lilac no estaba en sus planes. De hecho, Lilac se sumaba a las tantas personas que veían a su padre con horror, pero en este caso, un horror que Chandler mismo había agigantado en ella con esa atroz y hostil actitud.

Cuando Lilac vio que él estaba pensativo, ella pensó que estaba muy molesto, y trató de apaciguarle con una sumisa actitud y delicada voz.

-Lo siento señor, por favor no me castigue… Yo pensaba que no llegaríamos hasta ahí, de tener intimidad, por cómo se han dado las cosas, y lo que hemos hablado, ya que entendía que de veras no nos amamos, sino que solo estaba cumpliendo con lo ordenado por tu padre y el mío, y aunque legalmente soy tu esposa, después

de la indeseada boda, creía que solo hablaríamos sin necesidad de llegar a consumarlo de manera sexual.

Eran las palabras de Lilac, mientras estaba sentada en la cama con sus brazos cubriéndose. Chandler se sintió aún peor cuando escuchó esas tiernas palabras. Él se paró de la cama y salió de la habitación, como si reflexionase al instante y tuviese un despertar.

Lilac también se paró deprisa y aseguró la puerta. Chandler escuchó el sonido de la cerradura y sintió tristeza en su corazón por la manera tan brusca en la que había actuado.

No era la manera en la que quería o deseaba relacionarse en el amor. Recuerdos comenzaban a llegar a su mente. Uno de ellos fue cuando él era más joven. Se plasmó en su mente un momento cuando sus padres estaban teniendo una discusión, y él veía como su padre le gritaba a su madre que se callara y no quería escucharla.

-Solo haz lo que te dije y vete de mí vista, hasta que yo vaya a ti- (Eso le decía el papá de Chandler a su madre)

Chandler, ¿por qué me estás mirando así? Si tú quieres ser respetado, tú tienes que dejarle saber quién es el hombre, que somos los que mandamos (eran las palabras de su padre cuando apenas Chandler era un adolescente, y desde ahí él se empezó a inclinar más hacia su madre, sin dejar de temer y respetar a su padre).

Su madre le temía y todas las mujeres por igual. Las mujeres no eran nada, sino solo sirvientes para él. Él recordaba lo mal que les hablaba y cómo él las forzaba, aun las obligaba a hablar lo que él quisiese que hablasen, ejercía un dominio y control absoluto.

Chandler deseaba tener la reputación de su padre, pero no quería ser como él.

¡Qué larga y terrible noche para Lilac… Al día

siguiente, Fréderic le llevó el desayuno.

-Buenos días, señora

-Buenos días, Fréderic

-Espero que le guste el desayuno

-Gracias, puedes quedarte, le dijo Lilac al ver

que éste se iba

-No debo señora; solo cumplo órdenes. Después que termine le daré el recorrido por el palacio

-No te preocupes, sabes cuales son mis deberes, así que puedes tomar esto como una orden también

Lilac quería saber más sobre Chandler, pues no sabía si las cosas que él le había dicho eran ciertas, por esto, quería ser amiga de Fréderic.

- ¿Quiere usted alguna información?

¿Por qué piensas eso?

-Chandler es como un hijo para mí, y sé cómo pasaron las cosas, por esa razón pienso que usted debe querer saber algo

¿Usted estaría en problemas si me dice algo?

-No, al mencionarle a él que quizás usted haría preguntas, me dijo que podía decirte lo que quieras saber

-Oh, está bien, gracias por el desayuno y la compañía

-De nada, la esperaré afuera.

En unos minutos Fréderic, le daba el recorrido por el palacio a Lilac, y hablaban sobre los imprevistos que habían sucedido, y de las cosas que debía tener pendiente, pero de un momento a otro, Lilac muy curiosa, le pregunta:

- ¿Por qué es Chandler como un hijo para usted?

-Pues, mi madre era la nodriza de su madre, yo trabajaba en el jardín y ayudaba a mi madre a cuidar a Chandler y sus hermanos

-Entonces, todos ellos son como tus hijos ¿No?

-No realmente, después de que mi madre falleció, su padre ya no quería que yo trabajara para él, el único que se interpuso fue Chandler, y pues, después de haber durado esos años trabajando en aquel lugar, ahora trabajo aquí.

-Oh, está bien, me alegro de que todo haya

salido bien al final.

Mientras seguían caminando, Lilac continuaba haciendo preguntas:

-Fréderic

- ¿Sí?

-  ¿Puedo creer que de verdad Chandler se casó conmigo para complacer a su madre?

-Sí, es un orgullo para sus padres

-  ¿Usted lo apoyó en su decisión?

- (…)

-Disculpe, sé que lo estoy molestando

-No, no te preocupes, la entiendo. Y pues… no me gustó su decisión, pero para él es muy importante que su familia lo admire, fue algo difícil de aceptar, pero fue su decisión.

Lilac tenía muchas dudas, pero no quiso hacer más preguntas sobre Chandler, debía enfocarse en sus deberes. Al terminar de hacer el recorrido, fueron hacia el comedor, ya que era hora del almuerzo.

-Puede sentarse, ya regreso…

En ese momento, Lilac escucha unos pasos que venían con prisa

-Disculpe por la demora, (dijo Chandler)

- ¿Cómo le fue en su reunión con el rey? (Le preguntó Fréderic al haber regresado)

-Bueno, no siempre se está de acuerdo con todo, pero estuvo bien, gracias

-Qué bien, con permiso, (dijo Fréderic al irse).

Los dos se mantuvieron en silencio por algunos minutos, hasta que Lilac le dijo:

-Gracias por la habitación, me gustó mucho

-Me alegra

Después de unos segundos más…

- ¿Cómo estuvo el recorrido con Fréderic?

-Estuvo muy bien, los sirvientes son muy amables

-Sí, es cierto. Perdón por todo esto

- ¿Por todo esto?

-Sí, pues, fui muy egoísta al no haber pensado en ti en todo esto, sé que te has sentido muy mal, mi hermano puede ser una persona difícil, vi cómo te hablaba en la celebración, por eso me disculpo.

-Está bien, es muy amable de tu parte, ¿Hubieras preferido tomar otra decisión?

-Es una pregunta difícil de contestar, pero de todas formas espero que te sientas bien aquí, ya hay un presente que enfrentar

-sí, y estoy obligada a enfrentarlo, ya que usted lo eligió

Chandler continuó almorzando sin decir nada más, y cuando terminó, se paró de su asiento, diciendo:

-Con permiso Y se retiró.

Luego de varias semanas, después de un día muy agitado, Lilac estaba cansada, así que se acostó a dormir más temprano de lo acostumbrado, pero al pensar en su hermana, quiso escribirle una carta para mandarla el día siguiente, en la que escribía:

Mientras ésta aún escribía, escuchó que tocaron la puerta:

-Tun, tun…

-Puede entrar

Como siempre, Chandler entró en silencio, y después de cerrar la puerta…

- ¿Cómo estuvo el día?

-Estuvo bien, un poco movido nada más, ¿Y el suyo?

-Estuvo igual que el suyo, ¿A quién le escribes?

-A mi hermana, ¿Quieres ver?

- ¿Me preguntas si quiero ver tu carta? (Pregunta éste sorprendido)

-Sí, no quiero que pienses que es a alguien extraño

-No hay de qué preocuparse, no lo pensé, que tengas buenas noches. -cuando éste se voltea para abrir la puerta nuevamente, Lilac lo llama:

-Chandler

- ¿Sí?

-Quiero disculparme por cómo me he comportado

-Está bien, en realidad esperaba una reacción peor

-No quiero quitarte más tiempo, pero ¿Por qué haces esto? Sé que no llamo tu atención

Chandler no respondió inmediatamente, después de tomar algunos segundos dijo:

¿Puedo tomar asiento?

-Sí, claro

¿Sabes? Desde pequeño he visto como mi padre subestimaba a todas las mujeres del palacio, notaba lo triste que eso las hacía sentir, no quería causar eso en nadie, pero al ver que tuviste la misma reacción que ellas, el primer día que hablé contigo, no me sentí bien, porque actué como él, aparte de que te he hecho sufrir, solo quiero remediar las cosas.

Lilac, aún más sorprendida, le dijo:

-Entiendo, gracias, no me he sentido tan triste como antes, pensaba que iba a ser terrible estar aquí, pero no ha sido así, no debes sentirte obligado a hacer esto todas las noches si no quieres, aunque debo admitir que es algo muy agradable, yo pudiera hacer lo mismo también, si quieres

-Sí, ¿Por qué no?, Lilac, (dijo haciendo una pausa) No debí decirte lo que te dije la última vez, sí eres alguien para sugerirme que hacer, es solo que no podía hacer lo que me pedias, hice la promesa de casarme contigo y cuidarte, y haré todo lo posible para cumplirlo.

Desde ese entonces, Lilac y Chandler dejaron de verse como desconocidos, y aunque no se sentían atraídos, empezaron a comunicarse más, enfrentando la realidad que tenían en frente.

Una tarde, mientras Lilac caminaba por el huerto, veía el trabajo que habían hecho los agricultores, de pronto escuchó algo, ésta volteándose para mirar de donde había venido el ruido, tuvo el impacto de una flecha en su brazo izquierdo, de inmediato los guardias que estaban cerca fueron tras aquella persona que había cometido el hecho, mientras que otros llevaban a Lilac hacia dentro.

En unos minutos, el doctor había llegado, solo Fréderic y algunas sirvientas estaban ahí, ya que Chandler había salido aquel día, cuando el doctor se retiró de la habitación, Fréderic se quedó con ella, mientras ésta descansaba.

Lilac al despertar, ve que Chandler está hablando con Fréderic, éste lucía preocupado y frustrado por lo que había pasado.

-Lilac, siento mucho que te haya pasado esto, (le dijo Chandler al notar que había despertado)

-Está bien, mejoraré pronto

-Alguien trató de matarte, debemos investigar quién fue

-Quizás quería matar a otra persona y no a mi

-Lo dudo, ¿Tienes algún enemigo?

-No que yo sepa, ni tengo relación con muchas personas tampoco

-Pero muchos sí te conocen, quizás alguien quiso vengarse por algo que hizo tu padre, o que hiciste tú, Chandler, (opinó Fréderic)

-Debemos dejarla descansar, (le dijo Chandler mientras caminaba hacia la puerta).

Al día siguiente, mientras el doctor supervisaba la herida de su brazo, Fréderic entró a la habitación, diciendo:

-Tus padres y hermanos ya están aquí

Después que el doctor había terminado, Chandler y los familiares de Lilac entraron, Pauline, muy perturbada dijo:

-Nos dijeron lo que pasó, (dijo ésta llorando, mientras iba hacia Lilac para abrazarla)

-Las malas noticias son las que más rápido llegan, (dijo Jules)

- ¿Por qué permitiste que esto pasara? ¿Acaso no sabes cómo cuidar a tu esposa? (Le dijo Fred a Chandler muy irritado)

-No padre, esto hubiera acontecido aún antes de haber venido aquí, él no tiene la culpa, además, yo solo cumplía con mis responsabilidades.

-De todas formas, debemos buscar al culpable, (dijo Fred)

¿Qué tal si el culpable está aquí dentro? (Insinuó Jules)

¿Cómo quién? (Le pregunta Carlos)

-Que Chandler no hubiera estado aquí, cuando

esto pasó, es de mucha sospecha (insistía Jules)

¿Por qué él haría eso Jules? (Preguntó Fred)

-Para casarse con otra mujer, todos sabemos que él no la ama, que plan ni más perfecto sería que Lilac muriera por una flecha lanzada a la intemperie. (Cuestionaba Jules)

-Tengo testigos que podrían decirte dónde yo estaba y qué hacia

-No serviría de nada, ya que la hubieses mandado

a matar otro día (asentaba Jules)

-Basta Jules, esto es absurdo, (dijo Fred)

¿No hubiera sido más fácil para él no haberse casado con Lilac? (Preguntó Carlos)

-No le conviene, sus padres estuvieran desilusionados de él

-Estoy abierto a tus investigaciones Jules, pero no habrás terminado hasta cuando yo descubra quién fue.

Todo lo que había dicho Jules tenía mucha coherencia, así que Fred pensaba que había posibilidad de que tuviera razón.

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