Lois estaba sentada a la mesa, un plato de frutas y pan frente a ella, pero su apetito era un eco lejano.
—Estás callada hoy, Lois —dijo Morgana, su voz suave pero afilada, mientras cortaba una manzana con precisión quirúrgica—. ¿Algo te preocupa?
Lois alzó la mirada, sus ojos más claros brillando con una determinación nueva.
—No, solo... pienso en todo lo que ha pasado. —Hizo una pausa, sus dedos apretando el borde de la mesa—. Estoy lista para lo que viene.
Morgana arqueó una ceja, dejando el cuchillo con un movimiento deliberado.
—¿Lista? Eso es bueno. Porque hemos retrasado demasiado tu presentación como pareja de los futuros Alfas. Emmanuel y Ezequiel están impacientes, y la manada también. Es hora de que te muestres como su Luna. Futura Luna. Thorne sigue siendo el Alfa, pero hay que presentar a la compañera de mis hijos, esto es algo que está demorando demasiado. Y como ya te sientes bien, no hay que esperar mas.
Lois enderezó la espalda, su loba gruñendo suavemente en su inter