—Lo siento —Donovan me tomó de la mano y me dio un beso en el dorso, sacándome de mis pensamientos—. Sabía que esto sería circo. Pero definitivamente no esperaba que fuera de esta forma.

Supuse que me había permitido tener una charla con Camille. Ni siquiera había notado cuando se acercó, tan perdida en mis pensamientos.

—Está bien —decidí dejar todo atrás, luego tendría tiempo para procesar todo lo ocurrido esta noche—. ¿Por qué no vamos a divertirnos por allí? Estoy muriendo de hambre.

—Oh, no podemos permitir que nuestra reina muera de hambre —bromeó—. Vamos por algo entonces.

Caminamos juntos hasta la mesa de aperitivos, donde aun se encontraba Raven. Lo saludé con la mano, riéndome porque llevaba en sus brazos tanta comida que apenas y podía con ella. Se sonrojó un poco al ser descubierto, pero luego solo se encogió de hombros y se retiró. Lo miré con atención, solo para encajar las piezas en mi mente.

Por supuesto, Raven estaba reclutando comida para llevárselas a mis hermanos.