Florence se acercó a Álex como una tormenta, su rostro retorcido de rabia, voz temblando al borde de un grito.
—¡Tú golpeaste a Señora Henny primero, idiota! ¡Le diste la excusa perfecta para venir por nosotros! ¡Todo esto comenzó por tu culpa!
Apuntó su dedo hacia el infierno rugiendo afuera, las llamas pintando su rostro en naranja violento.
—¡Mira esa mansión... quemándose hasta los cimientos! ¿Por qué nos está pasando esto? ¡Por tu culpa!
—¡Nos apuñalaron por tu culpa! Desde que entraste en nuestras vidas, nada bueno nos ha pasado... ¡nada!
Álex levantó una ceja, calmado ante su furia. La verdad era que si él no hubiera intervenido, Florence y Jack ya estarían muertos.
Y en cuanto a "nada bueno"... bueno, gracias a él, Sofía ahora portaba el título de Gobernadora de París.
Pero no estaba completamente equivocada: Henny tenía muchas razones para querer venganza, y sí, una de ellas era él.
La mirada de Florence era como una hoja. —Ahora nuestra mansión se fue. Será mejor que me des e