Charles adoptó una expresión de falsa modestia, haciendo caso omiso del asombro de la familia.
El ambiente, antes relajado, ahora estaba cargado de tensa curiosidad.
El Dr. Vincent, aún aturdido, casi gritó. —¡Claro! ¡Fue la Píldora Milagrosa! ¡Por eso funcionó tan rápido!
Sofía frunció el ceño, —¿Píldora Milagrosa? ¿Se supone que sabemos qué es eso?
Los ojos de Vincent brillaban con algo cercano a la devoción fanática. —La llaman milagrosa por una razón; es tan rara que prácticamente no existe. ¡La leyenda dice que la creó un sabio que vivió, atención a esto, hace quinientos años!
Sus palabras causaron revuelo en la familia Lancaster. Algunos murmuraban incrédulos, otros miraban fascinados.
—Y quien la consiguió —añadió Vincent con voz dramática—, juró que casi vendió su alma por obtenerla, pero tiene la capacidad de resucitar a los moribundos.
Un suspiro de asombro recorrió a la familia. ¿Una píldora tan poderosa que resucitaba moribundos? Sonaba a delirio.
—Escuché que una sola dosi