—Carajo, ¿vieron a ese pobre diablo? —alguien resopló desde un costado.
—Tonto estúpido, fue y se metió con el hijo del Sr. Drake. Apuesto a que está acabado.
—¿Qué pensaba que estaba haciendo, iniciando una pelea así? —añadió otro espectador, escupiendo un trozo de tabaco.
—Tratando de hacerse el héroe, y ahora lo están aplastando como a un insecto.
—Y esa mujer, Sofía Lancaster —una voz áspera intervino—. Debió haber estado de rodillas agradeciendo a Jasper por prestarle atención.
—Escuché que cada vez que Jasper pone sus ojos en una chica, envía a Hank a secuestrarla en plena noche —alguien más murmuró.
Los rumores se extendieron más rápido que cuervos sobre un cadáver, el aire apestaba a su temerosa culpa hacia Marco y Sofía.
Hank dejó escapar una risita baja y desagradable mientras procedía para golpear a Marco. Cada puñetazo resonaba como un trueno. —¿Crees que eres una especie de tipo duro? ¡Muéstrame esa columna vertebral, miserable pedazo de basura!
—Por favor... detente... —l