Chris Roland estaba sentado a la mesa del comedor con toda la familia Lancaster cuando Amelia, la abuela de Sofía, entró al comedor.
Sus ojos se iluminaron tan pronto como lo vio y preguntó calurosamente. "Chris, ¿cómo está tu padre, Jerry?"
"Está muy bien, gracias por preguntar." Respondió Chris con una sonrisa.
"Escuché que tu padre no solo nos ayudó a conseguir tres invitaciones para el banquete de Kingston, sino que también le envió un regalo a Sofía. No he tenido la oportunidad de agradecerle personalmente." Comentó Amelia, con algo de timidez.
"No hay problema," respondió Chris. "Ha estado muy ocupado."
"No," intervino firmemente señora Lancaster. "Es descortés no agradecerle directamente. Debemos mantener nuestros modales. Por favor, haz una videollamada a tu padre, quiero agradecerle personalmente, y Sofía también debería hacerlo."
"De acuerdo." Aceptó Chris, sacando su teléfono y conectando la llamada a la gran pantalla del comedor para que todos pudieran ver.
El rostro