43. Perfecta
—Gerrit, basta, harás que me queme... —la está abrazando por detrás.
Aclaro mi garganta, los dos se dan la vuelta y me miran sorprendidos. El muchacho se aleja de Mila y viene a mí dejando un beso en mi mejilla.
—Que pena contigo, Aryanna. ¿Cómo estás?
—Descuida, bien.
—Ami, en un rato empezaremos a arreglarnos. Gerrit, pásame la sal, por favor. —le dice a su novio.
Yo tomo asiento en un taburete. Los veo a ambos moverse en la cocina.
—De eso quería hablarte, no puedo ir, debo acompañar a Silvain a una gala.
Abre los ojos de par en par, boquiabierta deja lo que hace y se acerca a mí.
—¿Por qué? No es justo, ¿te lo ha dicho hoy, así de la nada? —pone mala cara, hace un puchero.
Suspiro.
—Es que de un minuto a otro la chica con la que iría no podrá, me pidió el favor —explico omitiendo el incidente del documento.
—Claro, y no quisiste negarte, pensé que querrías salir con nosotros. —hace ojitos.
—No es eso, claro que sí, pero no pude negarme, lo vi en un aprieto y... —expiro