58. RENACIENDO DE LAS CENIZAS
DAMON
Mi cerebro casi explota de tan caliente que estaba, mi propia excitación multiplicándose con la de mi lobo.
Tuve que controlarlo para que no lastimara a Lorien con sus penetraciones llenas de lujuria, deseando a su hembra de una manera salvaje y visceral.
¡Luego fue ella quien casi lo viola!
Joder, esto fue un trío en toda regla. La segunda vez me vine sin siquiera tocarme la polla.
La sostuve cuando se desplomó en el suelo para que no se golpeara, cargándola contra mi pecho, observando las extrañas escamas tornasoladas que habían aparecido a lo largo de su columna vertebral hasta sus nalgas.
Mi poderoso lobo parado encima de nosotros.
—¿Te piensas quedar enchufado toda la maldit4 noche? —le dije en un gruñido—. Al final hiciste lo que te salió de los huevos.
Solo íbamos a jugar, nunca pensé que montara a Lorien de verdad.
“Ggrrr, ella me provocó, Diosa, qué hembra, amo cómo gime, su coñito dilatado, me vuelve tan salvaje… gggrr, esta mujer fue hecha para nosotros.”
Ulric siseó,