24. CONMIGO NO SE JUEGA
LORIEN
¡Diantres!
Había olvidado que ya estábamos en las tierras de la manada y, lo peor, casi me asesinan y no apareció la patrulla. Sin embargo, aquí estaba ahora… el peor de todos y en el momento más pésimo.
—Ella dijo que su macho estaba muerto…
—Yo dije que estaba desaparecido, Beta Orión —lo interrumpí, intentando asomarme, pero el gruñido bajo de Gregory me detuvo.
—. Pude encontrar a mi mate en este viaje, regresábamos a casa.
—Él no pertenece a nuestra manada.
—Ni falta que me hace —el “delicado” príncipe le respondió como una bestia salvaje—. Y me los llevaré conmigo.
“¡No seas impulsivo, es difícil que nos acepten en otra manada!” le rugí en su mente, enojada porque tomara las decisiones por sí mismo.
—Beta Orión, creo que todos estamos muy exaltados —asomé la cabeza, mediando en la situación tensa—. Hablaré con la Luna o el Alfa, mi mate es un guerrero capaz, solo fortalece manada.
“No me quiero quedar aquí.”
“¡Maldit4 sea, deja de causar problemas!” Discutimos esperando e