Capitulo– El Precio del Silencio
La noche caía sobre Montevideo como una sábana espesa, húmeda y gris. Las luces del edificio eran tenues, tímidas, como si intentaran esconder lo que no debía saberse. En el quinto piso, el apartamento 502 tenía las cortinas cerradas y el aire cargado de algo invisible... y peligroso.
Diana Hernández Montesino subió las escaleras con el ceño fruncido. En el ascensor no andaba la luz, como si hasta eso adivinara que lo que estaba por ocurrir no debía ser testigo de nadie. En su celular, un mensaje sin remitente brillaba en la pantalla:
“Ahora.”
Cinco letras. Una orden que contra toda lógica, Diana obedeció.
La puerta estaba entreabierta. Empujó con lentitud, sin saber si el miedo venía de afuera… o de ella misma.
Allí estaba.Valeria.
Sentada en el sofá, envuelta en la penumbra, con una taza en la mano y los labios pintados de rojo furioso.
—Hola, primita —dijo con dulzura venenosa.
Diana se quedó paralizada. Aún llevaba su bata blanca del hospit