Capitulo— Su Padre Le Dijo la Verdad
Aiden despertó con esa sensación incómoda de haber dormido demasiado y al mismo tiempo no haber descansado nada. Sentía la cabeza pesada. Se incorporó despacio en la cama del hospital, arrugando la sábana con los dedos, mientras la luz de la mañana entraba por la ventana.
No quería a nadie ahí.
No quería médicos, no quería amigos, no quería a nadie observándolo como a un animal herido.
Había dicho que estaba bien, que solo necesitaba dormir, ordenar su cabeza, respirar sin que le hablaran encima.Ya bastante había tenido con el almuerzo en lo de su abuelo.
Y su padre, Adrián, lo había respetado, aunque Ayden supo —porque lo conocía demasiado— que seguramente había dejado a alguien encargado de vigilarlo desde el pasillo, por si las cosas se complicaban.
El enfermero asignado, Felipe, entró justo cuando él se pasaba una mano por la frente.
—Señor Castell, su padre está afuera —informó con un tono suave, sin invadir—. Preguntó si podía