Capítulo — Entre la Niña y la Mujer
El reloj del hospital marcaba las nueve de la noche.
Las luces del pasillo se reflejaban en las paredes blancas y el murmullo de las enfermeras se mezclaba con el pitido intermitente de las máquinas en las habitaciones.
Ayden, recostado en la cama, no podía dormir.
El golpe en la cabeza le había dejado una leve punzada, pero lo que más le dolía era lo que había visto en los ojos de su madre: miedo, tristeza y decepción.
En la mesita seguía la tarjeta blanca.
El nombre “Milagros Saavedra” parecía brillar con una fuerza distinta bajo la luz del velador.
La tomó entre los dedos y la giró despacio.
Cada vez que leía su nombre, algo dentro suyo se removía… un eco, una voz lejana, una risa de infancia que todavía sabía su nombre.
Y entonces, los recuerdos volvieron como una marea.
Tenían apenas siete años la primera vez que recordaba que se pelearon.
Un simple peluche con un moño rosa se volvió la guerra más feroz de la casa de los Castell.
Milagros lo c