Regrese a mi casa como si nada, tratando de que mi satisfacción no se notara, de verdad que hay gente sin cerebro, Alberto Conrado piensa que usando trucos bajos podrá lidiar conmigo o con mi esposo, debo dejarle las cosas claras a esa gente, era algo tarde cuando llegue, pensé encontrar a mi nene durmiendo, a veces me sorprende de sobremanera
—¡Llegaste!
La besé con pasión, en estos días que he pasado a su lado me estoy haciendo adicto a ella, a su cuerpo, a su olor y es algo desesperante estar lejos,es como el aire que necesito para respirar
—¿Cómo fue lo de la empresa? ¿Todo se solucionó?
Le pregunté terminando el beso, viendo la sorpresa en su rostro y me avergonzó, no soy muy efusivo, pero Sheyla saca esos lados de mi que jamas habia visto
—Amor
No pude contenerme, le devolví el beso más intenso, camine con el a la cama, acaricie su tersa piel, sus musculos firmes y fuertes, oír sus jadeos bajos, me enloquecían, sentirlo estremecerse por mis caricias era una sensación de gozo par