Apenas me baje del avión mis pies corrieron al auto, Félix ya me esperaba, no espero indicaciones salió a toda velocidad hacia la villa, no sin antes informar que antes de que saliera, mi esposo también se fue, pero no dejo que lo llevara. Mi preocupación crecía a cada segundo y mi jaqueca empeoraba, solo les rogaba a todos los dioses que no haya tomado decisiones apresuradas y espere a que pueda explicarle.
—Señorita estamos llegando, ¿Necesita que haga algo más?
—No Félix puedes retirarte, has sido de gran ayuda, ahora debo de arreglar mis estupideces nada más.
—No sea tan dura con usted, le doy un consejo, tenga paciencia el señor aún es joven y se deja llevar por todo lo que le dicen, escucha muchos chismes, es más piensa que apenas cumplan el plazo o de antemano le pedirá el divorcio. Ell únicamente siente que es un estorbo para su vida, por eso se esfuerza tanto, trate de hablar con el sinceramente tal vez así podrá creer en usted.
—Tomaré muy en cuenta tu consejo, sé muy bien qu