—¿Qué pasa padre? ¿Te sientes bien? Estás muy pálido
Aurora tomo sus manos y estaban frías, el mayordomo de la casa la ayudo a sentarlo en uno de los bancos del jardín, le dieron un vaso con agua para que pueda serenarse un poco
— Aurora, ayúdame a llegar a mi estudio y avísale a Nikolay que necesito hablar con él, de manera urgente
Trato de que su cuerpo no lo traicionara nuevamente, su mente en este momento era un caos rememorando el pasado y el presente, se paro en la ventana que daba al hermoso río Moscova, era una imagen que daba mucha paz y en este momento la necesitaba su atribulado corazón, al sonar la puerta supo que sus temores aumentarían con las respuestas de Nikolay
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— Me mandaste a llamar padre
— Acércate Nikolay, de tus respuestas obtendré mi verdad que por años he estado buscando, solo Dios sabe la tormenta que llevó por dentro
— No sé en qué pueda contribuir, si puedo ayudarte no dudes que lo haré
— ¿Estás muy seguro de eso? ¿Crees que puedes responderme cu