Compresión fingida.
—Señorita Rivas, lamento decirle que su embarazo es de alto riesgo, su útero no retiene al feto, porque padece insuficiencia cervical e insuficiencia placentaria, por lo que es peligroso que continúe con el embarazo. Es mejor que considere un aborto para evitar complicaciones— le recomendó la doctora a Analía quién la veía con una ceja alzada.
—¡¿Qué?! ¿Cómo qué aborto? ¿No hay posibilidad de que el bebé sobreviva con un buen tratamiento?—voceo abrumada y a la defensiva.
—Lo siento, pero es muy poco probable. Su embarazo es muy delicado y no queremos arriesgar su vida—. La doctora se mostraba apenada, sintiendo pesar por tener que darle esa mala noticia a una madre.
—¡No puedo creerlo! ¿No hay nada que se pueda hacer? Por favor, ¿no hay alguna forma de que pueda conservar a mi bebé?
—De verdad lo siento mucho. Lo mejor es que se someta a un aborto para evitar cualquier complicación.
Analía, frustrada y desesperada, pensó en voz alta.
—Pero... ¡este bebé es lo único que tengo de Dylan!