Brandon fue interrogado a primera hora de la mañana. Después de revisar cámaras, mensajes y su coartada, quedó demostrado que no tenía ninguna relación con el secuestro. Aun así, salió de la comisaría con los hombros tensos y la expresión sombría; sabía que el simple hecho de haber estado involucrado en la fiesta lo convertía en sospechoso para muchos.
Lorain, en cambio, no tuvo la misma suerte. Las inconsistencias en sus declaraciones y la presencia de su nombre en testimonios iniciales hicieron que el inspector ordenara su detención temporal mientras se profundizaba la investigación.
A esa hora, Shaira ya había despertado. Su respiración seguía débil, pero la consciencia había regresado. Margaret estaba sentada junto a la cama, con una mano sobre la manta y la mirada fija en su amiga. Adrien permanecía al otro lado, serio, como una sombra que no necesitaba moverse para imponer presencia.
—¿Puedes hablar? —preguntó Margaret en voz baja, casi temiendo que el sonido pudiera lastimarla