Capítulo 15. Lujuria
Angelo
Emily se mueve entre la gente con esa dulzura empalagosa que cada vez me atrae más. Y no es que sea una característica que disfrute especialmente en las mujeres, pero en ella… su ternura es como un faro imposible de ignorar. Me llama y me invita a corromperla.
Me muero de ganas de averiguar si también es así de inocente en la cama. Y, si es así, voy a divertirme como un loco dándole unas cuantas lecciones.
La observo desde el balcón, como un lobo silencioso que vigila a una oveja, esperando el momento justo para atacar. Emily baila y se contonea contra su amiga, sacando a relucir esa sensualidad que, estoy seguro, ni siquiera sabe que tiene.
«Parece una jodida mariposa», pienso.
Delicada, curiosa… Hermosa.
La mujer má hermosa que he visto en toda mi puta vida.
Emily fue hecha para ser observada desde lejos. Si me acerco sin avisar, lo único que lograré es que salga volando.
Y no puedo permitirlo.
Mi estrategia es simple: hacerla sentir cómoda, en confianza a mi alrededor. Lue