Capítulo 6.

Salgo del baño un poco más calmada. Me retoqué el maquillaje y me dirigí hacia la mesa una vez más. Andreu me mira de arriba a abajo inexpresivos por un instante. Luego vuelve a desviar sus ojos hacia Misa. Están hablando sobre los eventos y fiestas del próximos fin de semana. Estoy quieta en mi asiento. Termino con las pocas fuerzas que tengo mi postre y un mesero lo retira. Nos quedamos un rato hablando en la mesa luego de ser retirados todos los platos. 

— Voy a probar suerte en Las Kappk.

—¿En serio? Recogí a Annie esta noche precisamente ahí.

Misa me fulmina con la mirada. Luego me sonríe de la manera más inocente posible. Aún no entiendo por qué le caigo mal. No le he hecho nada.

— Annie podría conseguirme una oportunidad¿No crees hermano?

Zain me sonríe. Toma mi mano por encima de la mesa. Siento su mano fría sobre la mía y puedo percibir aunque no lo vea la mirada de Andreu sobre ellas.

— Estoy seguro de que si Misa. — Él besa mi mano. Mi corazón bombea y bombea, respiro paulatinamente para que no se vea como mis manos tiemblan. Sonrío.

— Por supuesto... hablaré con Mona. Nuestra presidenta.

Misa me sonríe victoriosa. Sin más piden la cuenta. Estamos todos en silencio concentrados en nuestros teléfonos. Yo... yo tengo la mirada perdida. Recibo un mensaje. Es Elisa.

¿Cómo va todo?—Me pregunta.

Todo bien. Solo que tiene mi número de teléfono y supo esta tarde como encontrarme.¿Tienes alguna idea de cómo lo hizo?

Tarda un instante en responder. Me entra otro mensaje.

Hay varias opciones. Una, tu número de teléfono lo pudo conseguir con alguien que tiene acceso a las planillas para llenar con información personal cuando vas a entrar a la universidad, descarto que le haya preguntado a tus amigos porque tus únicas amigas somos Roxi y yo. Por último tiene un hacker o alguien de confianza y buscó esa información en el sistema de la escuela. Así de simple. Tu dirección fue por la hubicación de tu móvil cariño. Buscó la manera de poder activarlo para saber dónde estás.

Si es así ... entonces él sabía que yo estaba en el hotel esta mañana antes de si quiera encontrarme. Esto no me gusta. Zain es muy listo. Demasiado.

—¿Annie?

Alzo mi vista del móvil. Zain está pagando la cuenta y se levanta de la mesa. Misa toma del brazo a Andreu. 

—¿Nos vamos?—Me dice Zain tendiendo su mano para que la tome. 

Salimos del lugar los cuatro. Subimos nosotros dos en su auto y Andreu sube en el suyo con Misa. Encendemos los motores y cada pareja toma un rumbo. Zain no habla. Solo maneja en silencio.

—¿Qué te pareció la cena?

—Muy buena. Todo estaba muy rico.

Zain sonríe levemente. Me mira un instante.

—Se que mi hermana es... complicada,pero por favor. Dale una oportunidad.

Sonrío un poco. Miro sus ojos.

—Eso haré.

Él sonríe mucho más. Sigue manejando hasta los viejos almacenes. Se vuelve a escuchar música electrónica. Hay mucha más gente hoy afuera del local.  Detiene su auto.

—Ven.—Me indica bajando. Eso hago, abro la puerta del auto,bajo y la vuelvo a cerrar.

Caminamos hasta la entrada. Siento su mano en mi espalda baja. Saluda a varias personas las cuales nos miran curiosos. El gorila de la entrada nos deja pasar sin ningún problema. Dentro del local hay más personas para saludar. Luego de más de veinte o treinta saludos llegamos al segundo piso del local. Zain saluda a todos y me presenta. Me siento a su lado y él me sirve un trago. La música está muy alta y los juegos de luces me marean. Hay humo de cigarro pues varias personas fuman. Luego de un tiempo llega Andreu con Misa. Ella saluda a todos y se sienta en las piernas de Andreu frente a mí. Él no me mira. Toma de su trago y prende un cigarro. Está serio, con la mirada perdida.

Así tan serio... incluso es mucho más atractivo. Pido permiso para ir al baño una vez más.

—¿Puedes ir sola? No quiero que te pase nada malo.

Sonrío. Tomo su mano.

—Tranquilo. Todos en este lugar me vieron llegar contigo...no creo que se atrevan a meterse conmigo.

Zain me sonríe. Besa el dorso de mi mano. Me levanto del sofá y bajo las escaleras. Llego al pasillo del baño.¡Dios! Hay una cola enorme. Bueno...ni modo. Espero. Logro entrar y hacer mis necesidades. Salgo del baño y me dirijo hacia las escaleras. 

Zain pasa cerca de mí muy serio sin reparar en mi presencia. Sale por una puerta oxidada vigilada por unos hombres. 

Mi instinto me dice que debo entrar por esa puerta. Debo hacerlo. Miro hacia arriba. Hay unas ventanas de cristal rotas. Tal vez si salgo del edificio y lo rodeo puedo hacer algo. Salgo del edificio...la noche está muy avanzada y hace frío. Veo mi propio aliento salir en forma de humo de mi boca por el frío. Me trato de tapar con mi pelo y mis manos. Llego al lugar. Es muy alto. Miro a mi alrededor. Nada...no hay nada con lo que pueda subir y ver. Siento una puerta abrirse. Me sobresalto. Un hombre sale corriendo y se acerca a unos arbustos para hacer pis dejando la puerta abierta. No me ha visto aún. Rápido entro sin pensarlo dos veces. Está un poco oscuro. No veo muy bien. Camino por el pasillo y llego al final en el que hay que doblar a la derecha.  Lo hago. Paso por una puerta abierta. Es como una almacén de comida. Sigo caminando, orando por no encontrarme con nadie, y si lo hago veré qué mentira decir, si algo me hago la rubia tonta y listo. Escucho la música. Me estoy acercando a la fiesta. Me detengo. Veo la puerta por la que entró Zain, estoy cerca de él. Miro hacia mi derecha. Me asusto y retrocedo un poco. Zain está hablando con unos hombres dentro de un local todo sucio con luz artificial muy tenue. Se le ve muy serio. Demasiado. Unos hombres jóvenes, puede que de nuestra edad están sentados frente a una mesa de metal. Él está parado frente a ellos al otro lado de la mesa. Lo acompañan unos tres miembros de la hermandad. Puedo ver la escena mediante unas enormes ventanas todas rotas. Me escondo detrás de una pared, no puedo arriesgarme a que me vean. Por suerte, los pasillos del lugar están oscuros.

—¿Por qué no cumpliste con mi orden?— Es la voz de Zain. Es muy grave.

—No...no...no pudimos conseguir todos los ingredientes señor.— La voz temblorosa de un joven responde a su pregunta.

— Imposible. Hablé con los profesores. Ellos...me darían lo necesario.

¿Profesores?¿Necesario?¿Orden? ¿Qué está pasando aquí?

— Si...si Zain, pero el señor Walas fue despedido. Él era el encargado de darnos la pseudoefedrina y...

No puede terminar de hablar. Un golpe lo calla. Mi corazón quiere salir de mi pecho. No puedo ver lo que está pasando pero escucho los lamentos del hombre que pide que paren. Escucho como lo golpean una y otra vez. Se detiene el ruido. Prenden un cigarro.

— Si para mañana este desastre no se resuelve no solo mis hombros te van a golpear en el estómago San. Sino que dile adiós a tus dientes¿Está claro?

El llanto del hombre se intensifica.

—¿Está claro?— Grita Zain. Llora mucho más.

— Si...

—Si¿Qué?

—Si... Ícaro.

Me sobresalto cuando la puerta del local se abre. Rápido corro por dónde mismo vine. Si me ven...no...no sé que me pasaría. Siento unas pisadas tras de mí. 

¡No!¡No! Alguien viene. Me van a atrapar. Corro todo lo que mis tacones me lo permiten. Veo la puerta por la que entré. La abro.

Mi corazón quiere salir de mi pecho. No siento mis piernas. Mi mundo ahora mismo da mil vueltas.

Andreu me mira con el ceño fruncido. Confundido. Tiene en su mano un refresco. Mira detrás de mí. Mira mis ojos. Entiende mi mirada. Me toma por el brazo y me entra una vez más al local. Cierra la puerta. La oscuridad nos recibe una vez más. Me empuja contra la pared.

— Andreu yo...

—¡Cállate!— Trato de explicarme pero él me interrumpe abruptamente. 

No puedo dejar de ver sus labios. Su olor me embriaga. Veo cómo sus ojos viajan de mis labios a mi cuello. Su pecho sube y baja. Sus manos aprisionan mi persona contra una sucia pared. A penas y podemos vernos por la oscuridad.

Miro tras de él. Los hombres se están acercando. Nos van a descubrir. Me van a descubrir¿Qué hago?¿Qué...?

No esperaba esto. 

Él me besó.

Andreu.

Acaba de besarme. Tomó mis mejillas luego de dejar caer el refresco y unió sus labios con los míos. Siento su lengua dentro de mí.

Su beso es sutil...pero fuerte. Sus labios con suaves, sus manos en mis mejillas me invitan a que no pare. Y no puedo. Cierro mis ojos y me dejo llevar. Su beso se intensifica. Me empuja un poco más contra la pared. Se acerca aún más a mí. Tomo sus cabellos con mis manos y lo beso con lengua.

— Andreu, Misa. Busquen un cuarto.

La voz de Zain hace que vuelva a la realidad.¿Qué estoy haciendo?

Trato de apartarme. Él me lo impide. Me vuelve a besar con lengua. Me vuelve a besar y a quitarme el aliento.

Y yo no sé porqué. Pero sé que voy a lamentar esto.


Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo