Estimadas lectoras y lectores Eva debería seguir sus instintos, ya que, si lo siguiera, tal vez se salvaría de situaciones complicadas.
Eva, por un momento, se perdió en la escena y quiso ser Melissa. Quiso estar ahí, imaginaba ser ella, ser la chica que le declaraba su eterno amor y a la cual, todos le aplaudían.Claro, todo ello, olvidando que Demian no era de los hombres a los que le gustaba ese tipo de eventos. Ella se perdió un poco en la escena y solo quiso por un momento imaginar que sí, era ella la que estaba a su lado.Eva estaba perdida en su ensueño, cuando en la pantalla comenzaron a pasar fotografías de Demian cuando era niño, fotografías de él con Melissa y cuando menos lo esperó… Comenzaron a proyectarse fotografías que no debían estar dentro de la lista. Sin esperar más, comenzaron a salir varias fotografías que nadie esperaba que existieran…“Demian abrazando a Eva, mientras ella llevaba un traje de baño”“Demian que sonreía de manera especial a Eva mientras comían un helado juntos”“Demian abrazando y viendo de manera muy íntima a Eva”“Demian abrazando a Eva en Navidad”Era evidente que las fotogra
Alejandro condujo lo más aprisa que pudo para sacar a Eva de aquella embarazosa situación.Mientras tanto, Eva continuaba derramando lágrimas. No era la humillación pública que vivió, era el hecho de que acababan de recordarle cómo veía la sociedad el amor de ella hacia Demian, todo aquello era una aberración.Si Demian no la hubiese sacado del infierno en que vivía hace años cuando era niña, si ella hubiera aguantado vivir así hasta cumplir la mayoría de edad, ella hubiera podido externarle sus sentimientos.Ella podría decirle cuánto lo ama desde niña, pero ahora la situación era completamente diferente.Demian en una muestra de cariño junto a sus padres, la salvaron cuando tenía 6 años y lo único que había hecho es estropearlo, sí, estropearlo con un tonto amor que jamás iba a ser correspondido.Eva lloraba hasta sentir que su pecho no podía más, lloraba por ella, por su maldita suerte, lloraba porque se daba cuenta de que a partir de ese momento nuevamente las cosas iban a volver a
- Ven… Tranquila… Sé que todo parece que se ve oscuro, pero debes mantenerte tranquila. Recuerda una cosa, tú estás aquí solo por Sara Benítez, no estabas aquí por tu familia, no estabas aquí para arreglar algo. Tú venías a cuidar a Sara y, en cuanto estuviera bien, te ibas a regresar a Boston, ¿Lo recuerdas? – dijo Alejandro tratando de consolar el corazón de Eva.Eva tenía los ojos inflamados de tanto llorar, sus labios parecían más gruesos de lo normal, de tanto limpiarse la nariz, toda ella, si se miraba, era un completo desastre.La chica se sintió un tanto desconcertada, ella lloraba por un hombre que en este momento debía estar en brazos de la que sería su esposa y ella ahí deshecha, frente al hombre que ni en sus peores sueños se habría imaginado.- ¡Ya estoy cansada…! Créeme, estoy tan cansada de sentir que debo defenderme… Ya no quiero sentirme así, me siento como un cachorro herido que intenta defenderse todo el tiempo… - dijo Eva, y aquellas palabras le daban la razón a A
Eva solo podía ver a aquel elegante hombre caminando con toda la naturalidad del mundo, olvidando los malos ratos que ella misma le había hecho pasar. Por un momento se sintió culpable y, por otro, se sintió realmente agradecida de que estuviera ahí.Porque era mentira, si él no hubiera estado ahí, ella seguramente se habría quedado pasmada, se hubiera quedado en shock, dejando que muchos la fotografiaran e hiciera de ella una comidilla ahí mismo.Incluso le pasó por la mente que, tal vez, se habría hecho bolita ahí mismo, llorando y maldiciendo su suerte.A la salida del edificio, ella aún llevaba puesto el blazer de Alejandro. Él le abrió la puerta que subiera y luego subió el equipaje en el asiento trasero. Al final, el espacio era reducido, pero su equipaje no era tan grande, todo ello lo hicieron sin percatarse de que alguien los estaba vigilando y tomando fotografías.Luego de ahí, Alejandro subió a su auto y condujo hacia el Four Seasons que se encontraba en Reforma.Al llegar
Regresando sus pensamientos al presente, Demian lentamente soltó a Eva, pero ella se negaba a soltarlo. Ella sentía una cierta paz en sus brazos, ella sentía una extraña necesidad de que él no la dejase sola, al menos no por esa noche.Ella sentía el corazón roto, sentía su alma perdida y sabía que el mundo a la mañana siguiente se le vendría encima, razón por la que no había atendido el móvil a pesar de las innumerables veces que había vibrado.- Eva, debo irme, yo también tuve un largo día y necesito descansar. Si gustas, mañana, antes de irme a la oficina paso a verte y platicamos mientras desayunamos juntos, de ahí te llevo al hospital para que veas a tu amiga.Recuerda una cosa, Eva Díaz, tú, estás aquí por Sara y por nadie más… Tu plan era cuidar a Sara y cuando esta se recuperará, tú regresarías a tu vida normal, no viniste aquí a hacer tu vida. – dijo Alejandro soltando el abrazo.Él sabía que debía salir de ese lugar, o algo que no era correcto pasaría por su mente, más bien,
Los besos que Alejandro le daba a Eva, particularmente, la estaban haciendo sentir un poco extraña. Su cuerpo se sentía extraño con cada rose de las grandes manos de Alejandro.Cuando el hombre comenzó a deslizar aquellos tirantes del vestido de Eva, ella dio un ligero brinco. Ya estaba ahí, ella lo había pedido y, aquel hombre, con toda la calma del mundo, le estaba haciendo el amor desde el modo en como retiraba su vestido.Alejandro se levantó y, con suma delicadeza, le retiró las zapatillas que llevaba puesta Eva, aquellas que hoy le habían permitido tener la altura adecuada para alcanzarlo y besarlo.Luego de ello, Alejandro besó sus pies y lentamente fue deslizando el delicado vestido de Eva. Aquello fue dejando, de a pocos, ver los pechos desnudos de la chica, luego su estómago, su vientre y cuando llegó a aquella zona íntima, Eva pudo sentir cómo el hombre deslizaba también sus pantis.Era obvio que Eva no planeaba una noche así, ella no estaba lista para algo así, pero ya esta
Luego de mucho pensar, Eva por fin se fue quedando dormida, no sabía como explicar la serie de emociones que en ese momento estaba viviendo.Todo lo que sentía era nuevo, todo lo que acababa de suceder, jamás lo planeó.Ella jamás hubiera creído que Alejandro era el chico que ella veía en sus sueños, ella no podía creer que era el chico que ella recordaba.Él prácticamente la había rescatado de la oscuridad que en ese día ella está viviendo.Con los primeros rayos de sol, la habitación se fue iluminando e hizo que Alejandro despertara y viera a la mujer que dormía apaciblemente frente a él.Su rostro reflejaba una calma que pocas veces había podido ver en ella, cuando estaba despierta.Quería tocar sus mejillas, quería acariciar ese hombro desnudo, pero tenía miedo de que cuando Eva abriera los ojos, la magia de lo que acababa de ocurrir se esfumara.Finalmente, decidió quedarse quieto por varios minutos, continuó así hasta que Eva, al sentir los primeros rayos de sol tocar su rostro,
Luego de cambiarse y alistarse para que Alejandro la llevara al hospital, Eva y él, bajaron al jardín. Curiosamente, él la tomó de la mano y ella apretó su agarre.Realmente, Alejandro no sabía cómo interpretar toda la situación, pero si todo aquello los llevaba a otra cosa más, el agradecido estaría por aquel golpe de suerte, entre tanto alboroto.Una vez que la pareja entró al elevador, él no pudo contenerse, se agachó y besó a Eva. Ella, aunque dudó un poco, se dejó llevar por aquel beso, lo que permitió que Alejandro pudiera profundizar ese beso y ambos se envolvieran en una rara atmósfera de la que ninguno quería salir.Eva llevaba ropa nueva, mientras Alejandro lucía bien, pero con la misma ropa que la noche anterior, salvo que esta vez no llevaba corbata.Luego de salir del elevador, ambos caminaron tomados de la mano hacia el jardín, Eva se quedó sorprendida, el lugar era bello, él le estiró la silla para que ella pudiera sentarse. Inmediatamente, les sirvieron café y estaban