Melissa se sintió un tanto decepcionada, ella había esperado lo mejor de aquella reunión. Ella creía que el hecho de ir con Eva, sería cuestión de externarle sus ideas y que ella gustosa, aceptaría ayudarla.
Por un lado, entendía que no era ni el momento, ni el lugar, pero ella no tenía mucho tiempo que perder, ya que había estado muy nerviosa y había dejado pasar los días, la fiesta de cumpleaños de Demian sería el próximo viernes y era sábado, por lo que quiso presionar, pero no salió como imaginó.
Por el otro, las palabras de Sofía Díaz se clavaron en su mente y ganaron más los celos, por lo que Melissa, sentada en un café, esperaba la llegada de Sofía, a quien ella creía, le debía una disculpa, ya que la chica se había dejado llevar por su sexto sentido, pero este le había fallado.
- ¡Meli, querida! ¿Cómo estás?
- ¡Hola, Sofí! ¡Perdón! – dijo la chica haciendo un puchero tratando de aguantar las lágrimas.
- ¿Qué sucede, quería amiga? – preguntó Sofía, intuyendo lo que ocurría.
- Ev