Eva y Sergio llegaron al hogar que ahora sería de la chica. El hombre amablemente cargó el par de maletas que Eva llevaba, sin permitirle a la chica hacer algún esfuerzo.
La pareja entró al apartamento, Sergio colocó las maletas en la sala, luego de ello, preguntó:
- Y bien… ¿Qué vas a cenar esta noche?
- ¿Cómo? - dijo Eva sorprendida.
- Sí, en el apartamento, no tenemos nada de comida y, por la hora, no creo que sea prudente salir a hacer compras al súper… - dijo Sergio, haciendo obvio lo que no había.
- ¿Mmm? Buena pregunta… No había pensado en eso…
- Mmm… Ponte un suéter y vamos… - dijo Sergio en un tono tranquilo.
- ¿A dónde? - preguntó Eva con curiosidad.
- Te voy a llevar a cenar… Pero, por favor, no te vayas a poner fresa… - dijo Sergio con ironía.
- ¡Aquí él único fresa eres tú! Digo, ¿quién conduce un elegante deportivo y jamás usaría transporte público…? - dijo Eva tratando de molestar al chico.
- ¡Claro que lo he usado! El hecho de que ahora no lo use, no quiere decir que no