Alejandro, al ver la escena, solo pudo volver a tomar a Eva en brazos y llevarla cargando a su casa. La chica que era su cita para estas vacaciones terminó molesta y se terminó marchando.
- ¡Oye…! Tu novia se enojó… Anda, ve con ella… yo estoy bien… - Dijo Eva evidentemente tratando de parecer consciente.
- Eva, número uno, no es mi novia, solo es una chica con la que salgo, número dos, ¿Cómo demonios crees que te voy a dejar aquí sola?, número tres, tu hermano no te puede ver así…
- Él está muy ocupado, así que, poco le importo yo, solo quiero seguir tomando, vamos a sentarnos un rato… ¡Anda! ¡Ven! – Dijo Eva tratando de bajarse.
- Si te bajo, dejarás de retorcerte así… -Dijo Alejandro un poco nervioso.
- Sí, únicamente quiero sentarme a ver el atardecer y el anochecer, te prometo que después de eso me voy a dormir. – Dijo Eva bajando de sus brazos.
- Está bien… Sentémonos aquí, veamos el atardecer y luego a dormir… - Dijo Alejandro, sentándose a su lado.
- Bien… - Dijo Eva tomando má