Las palabras de Alejandro habían dejado clara su posición, Eva no había probado bocado, eso prácticamente dejaría a su amiga Sara de lado. Ella debía consultarlo, así que se levantó, se excusó con el pretexto de ir al baño, el hombre solo la miró y le sonrió.
Eva caminaba hacia donde estaban los baños, iba pérdida ante aquella difícil decisión. Cuando menos se lo imaginó, su cuerpo chocó con un atlético y atractivo caballero.
- ¡Perdón! ¡Perdón! – Dijo Eva con evidente preocupación.
El hombre, al ver aquella bella mujer, solo sonrió.
- No te preocupes, no siempre una bella mujer como tú se tropieza con alguien como yo. – Dijo el hombre y Eva solo sintió un escalofrío al ver a aquel hombre cuando sonrió.
- ¡Perdón! Estaba un poco distraída, espero no haber causado algún otro accidente. – Dijo Eva sonrojada.
- Para nada… Sergio Carrasco ¡Mucho gusto, bella dama! – Dijo el hombre extendiendo su mano.
Eva, un poco apenada, extendió su mano, a lo que el hombre, frente a ella, la tomó sutilm