Rápidamente, había pasado una semana y Serena no despertaba. Los ánimos de los doctores e incluso del propio Alejandro estaban cada vez peor, prácticamente ya se estaba considerando que podría no despertar.
- Alex, ¿Por qué no vas a casa? Toma un baño, cámbiate de ropa, yo me puedo quedar aquí, solo ve, necesitas un poco de aire fuera del hospital. -dijo Eva de manera tranquila, quien se había partido entre estar con Alex y Sara.
Alejandro le sonrió y aceptó, él realmente estaba cansado, se encontraba entre la espada y la pared, ya que por el estado de Serena, creía que lo más prudente era no avisarle a Margara.
Independientemente de que Serena y él habían tenido sus diferencias, él sabía que la presencia de Margara solo podría las cosas más complicadas.
El hombre hizo caso de la recomendación de Eva y se fue a casa, la idea era tomar un baño, comer algo y luego regresar. De alguna extraña manera, había detenido su vida por aquella chica que en un principio creía no conocer, pero que e