Valentina, un mes antes de morir:
Estaba seguro de que pasaba algo, podía presentirlo. Valentina no era de las que nunca contestaban el celular, ella siempre le respondía.
Se dirigió a la casa de la madre de Valentina y no esperó a que la mujer le abriera la puerta. Afortunadamente tenía una copia de las llaves que Rosa le había entregado en esos días para casos de emergencia y abrió, comenzando a llamar a Valentina, pero no le contestaba. Corrió escaleras arriba y empezó a buscar en los dormitorios.
—¡Valentina, ¿dónde estás?! —gritaba con desesperación.
Al ingresar al cuarto de invitados notó el piso lleno de agua.
Su corazón empezó a palpitar con fuerza y su peor miedo comenzó a confirmarse. Caminó a grandes zancadas al baño. Y ahí estaba Valentina, con un rostro p&