Después de ver aquella enorme barriga de Aurora, sentí que Saulo tenía razón. Esos bebés eran mis hijos. Me sentí tan feliz, pero noté que sus ojos estaban asustados cuando me invitó a entrar en su casa. Luego descubrí que su miedo era por Liana.
Después de contarle sobre la muerte de Liana, vi un a