34. Entre la vida y la muerte
Sofía Martínez
El mediodía se sentía denso, cargado de una tensión inexplicable cuando el director del hospital me llamó a su oficina. Caminé hasta allí con pasos cautelosos, una sensación de inquietud anidándose en mi pecho. Apenas crucé la puerta, noté la gravedad en su semblante. Me pidió que me sentara, y lo hice, aunque mis manos estaban frías y mi corazón latía con fuerza contenida.
—¿Qué sucede, doctor? —pregunté con voz trémula. — ¿En qué puedo ayudarlo?
El director inhaló profundamente, como si estuviera preparándose para soltar un golpe demoledor.
—Sofía, necesito que guardes la calma con lo que voy a decirte —su tono fue pausado, cuidadoso, pero eso no impidió que mi cuerpo se tensara de inmediato. —Hace días, Diego se contagió y dio positivo para COVID-19.
Supe en ese instante que el mundo a mi alrededor estaba a punto de desmoronarse.
—Estuvimos tratándolo, pero no respondió al tratamiento como esperábamos —continuó. —Yo he estado al tanto desde el principio,