Katherine estaba ya en su casa rodeada por su familia y Alessandro junto a Zakia, su abuelo, se paseaba como un león enjaulado, su padre mantenía los puños apretados y los ojos ardiendo de inquietud, Asher vigilaba en la esquina, con los brazos cruzados y una preocupación que no podía disimular, mientras que su madre y abuela estaban sentadas a cada lado de ella.
"¿Por qué demonios tengo que explicar todo esto aquí, como si fuera un juicio? Siento sus ojos sobre mí, juzgándome, protegiéndome, pero también cuestionándome." Pensó Katherine con el estómago revuelto por la ansiedad que no podía controlar.
Kieran rompió el silencio primero, su voz sonó como gruñido bajo pero que todos pudieron escuchar.
—Ese bastardo... ¿Aparece ahora después de años? ¿Después de dejarte sola con los cachorros? ¿Dónde demonios estaba cuando los necesitabas? Si lo hubiera atrapado en el bosque...
Su padre que normalmente era controlado ahora mismo no lo parecía.
Seguía maldiciendo por lo bajo las distintas