Capítulo 14 — Atracción y descubrimiento
Lyra permanecía sentada en el borde de la cama, envuelta en la sábana que aún le cubría parcialmente los hombros. Cada respiración era un recordatorio del miedo y la vulnerabilidad que había sentido apenas dos días atrás, cuando el mundo había amenazado con arrancarle todo. Pero a su lado estaba Elián, cuya sola presencia hacía que la ansiedad disminuyera, aunque de manera extraña, también despertaba algo más profundo: un calor en el pecho, una electricidad que no podía ignorar.
Elián permanecía de pie cerca de la ventana, observándola. La luz de la ciudad iluminaba su perfil, revelando la firmeza de sus hombros, la línea de su mandíbula y el cabello oscuro que caía con desorden calculado sobre su frente. Su mirada, intensa y penetrante, parecía capaz de leer los pensamientos de Lyra sin necesidad de palabras. Cada movimiento suyo, cada leve inclinación de su cuerpo, irradiaba seguridad y control. Algo en él lo hacía parecer al mismo tiempo ce