Capítulo 97.
Ese lugar era desolador, la construcción estaba plagada de dolor, miseria y podredumbre sin embargo os ojos deseosos de libertad y de poder estar en un lugar mejor de Luz, iluminaban de forma permanente el lugar.

— Dime la verdad, te lo suplico, dímela. — Pide Alena.

Luz se muerde el labio inferior indecisa.

— No merezco su lealtad, no merezco su cuidado, no merezco su protección— susurra ella con jadeos desesperados.

Dejandose hundir en la tristeza, pero Alena no iba a dejarle tan fácil el camino de la desesperación.

— Dime la verdad—ordena Alena, esta vez como su luna y no como su amiga.

Y ahí, la pelirroja, no puede hacer otra cosa más que sincerarse, a pesar de desear llevarse la vergüenza y la confesión hasta la muerte.

— Luna, mi loba ya despertó— susurra ella al mismo tiempo que se suelta del agarre de Alena y se aleja ante la vergüenza que la consume escudándose en la oscuridad de su celda.— Mi mate destinado es Dionisio.

El impacto, ante la declaración, hace que Alena contenga
Alana Aguilar

😍😍 AME ESA BOFETADA!!!

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