96. Una esperanza
Pov Narrador
Las sombras no tenían a dónde correr; ya no había forma de escapar. La luna sobre ellos anunciaba su fin, y el señor de las sombras, más que nadie, lo sabía.
Dio otro y otro paso desesperado, dando órdenes de atacar, pero poco podía hacer su ejército delante de una protección impenetrable que solo los convertía en cenizas.
Leina se alzó sobre los cielos, su halo de luz dando vueltas alrededor de ella, tan brillante, tan hermoso y tan letal como ella misma.
La luna roja sobre ella daba un brillo siniestro, iluminando las tierras cubiertas de sangre frente a ella, el camino por donde aún transitaban partes de un ejército que había pasado por las tierras de las ninfas, llegando a iluminar Reinos enteros en donde sus habitantes se acercaban con miedo a verla a través de las ventanas o los refugios a medio cerrar.
El señor oscuro conjuró un hechizo en su interior, uno que logró liberarlo de las ataduras del poder de Leina.
Se lanzó hacia ella con toda su rabia, con todo