Él ruge con fuego. Ella aprende a vivir de nuevo. Vanesa solo conocía el encierro, la humillación y el dolor. Su vida fue una jaula sin barrotes, donde la libertad era apenas un susurro. Pero todo cambia cuando es elegida para ser reina de un dragón… uno que no busca una esposa, sino un alma que le devuelva la calma. Erick, el temido rey dragón, lleva en sus hombros el peso de una corona y un reino dividido. Sin embargo, cuando mira a Vanesa, no ve debilidad: ve una mujer que merece conocer la ternura, el deseo y todo aquello que le fue negado. Entre noches estrelladas, silencios compartidos y caricias que sanan más que mil palabras, nacerá una historia que arderá lento… y profundo. Porque hay amores que no salvan… reconstruyen
Leer másIntroducción.
Vanessa nunca ha conocido otra cosa que no sea el dolor. Desde la tierna infancia, su vida ha sido una cruel sucesión de golpes, abusos y desprecio. Los recuerdos de un tiempo de inocencia y alegría han sido borrados por el constante ciclo de sufrimiento. La imagen de un hogar lleno de amor y calidez es solo una sombra lejana, reemplazada por una realidad cruel y despiadada que no le permite olvidar ni un solo instante el tormento que vive.
Día tras día, Vanessa se despierta en el mismo lugar sombrío y degradante. No sabe cuándo fue la última vez que comió sin que, tras el festín, el dolor y la humillación se convirtieran en su única compañía. Su estómago se hincha de hambre, pero cada bocado es una condena que desencadena un espiral de malestar. Los momentos de dolor físico y angustia emocional la arrastran a una inconsciencia temporal, solo para ser despierta nuevamente por la brutalidad de un hombre que, una y otra vez, abusa de ella con una violencia implacable. Los días se mezclan en una serie interminable de sufrimiento y desesperación, un ciclo sin fin que la atrapa en un laberinto de desesperanza.
Durante los primeros dos años de su tormento, Vanessa se aferró a la esperanza de escapar. Cada intento de fuga era un acto desesperado de valentía, una pequeña chispa de esperanza en medio de la oscuridad. Su mente, aunque debilitada, todavía conservaba el deseo de libertad. Sin embargo, cada intento era en vano, y cada vez que parecía que la libertad estaba al alcance de su mano, caía en las garras de sus captores, quienes la castigaban con más crueldad que antes. En su último intento, el precio fue particularmente alto. Capturada y atada a un poste, fue sometida a una golpiza brutal que hizo que su piel sangrara y su voz se extinguiera en un grito ahogado. La inconsciencia se convirtió en su única salvación, un descanso temporal del dolor físico que se había vuelto insoportable.
Fue en ese momento de desesperación total, cuando Vanessa estaba completamente rota y había perdido toda esperanza, que la aceptación de su realidad la abrumó. Se dio cuenta de que no había escape, que su vida estaba destinada a ser una serie interminable de sufrimiento y degradación. La joven optimista y llena de vida que alguna vez fue había desaparecido, reemplazada por un cuerpo vacío y un alma rota. La resignación se apoderó de ella, y con ello, una amarga aceptación de que su existencia se había reducido a una serie interminable de actos de crueldad y dolor.
En el punto más bajo de su vida, cuando la oscuridad parecía implacable e interminable, el destino, con una ironía cruel, decidió intervenir. Fue en ese abismo de desesperanza, en el instante en que su alma estaba completamente quebrada y su corazón había dejado de esperar cualquier tipo de salvación, que él apareció. Su llegada no fue un evento majestuoso o dramático; fue una presencia que surgió de la nada, una figura inesperada que trajo consigo una chispa de luz en medio de la oscuridad más profunda.
Él, con su presencia serena y enigmática, se presentó como un faro de esperanza en un mundo sumido en la penumbra. Aunque su llegada fue sutil, su impacto fue profundo. Su apariencia y actitud ofrecían una promesa de cambio, una posibilidad de redención en medio del caos. Vanessa, en su estado de resignación, comenzó a vislumbrar la posibilidad de un nuevo camino, uno que podría liberarla de las cadenas del tormento que había sido su vida hasta ese momento.
La llegada de él significaba el inicio de un nuevo capítulo en la vida de Vanessa. Su presencia aportó un atisbo de esperanza y la posibilidad de una transformación que había parecido imposible hasta ese momento. Con él, el dolor y la desesperanza que habían sido sus constantes compañeras comenzaron a desvanecerse, dando paso a una narrativa de redención y autodescubrimiento. La historia de Vanessa, una vez marcada por la desesperación y el sufrimiento, comenzaba a tomar un giro inesperado hacia un futuro lleno de posibilidades.
Así comienza la verdadera historia de Vanessa. La narrativa de su vida, que antes estaba atrapada en un ciclo de dolor interminable, se abre a nuevas experiencias y desafíos. En su punto más bajo, cuando parecía que no quedaba nada más que el vacío, la llegada de él trajo consigo una promesa de cambio. La historia que ahora se despliega ante ella es una de esperanza, de lucha por la liberación y de la búsqueda de una nueva identidad, más allá del tormento que había definido su existencia.
Capítulo 18.Horas más tardeLa habitación estaba envuelta en la suave luz de las velas, el aire tibio y perfumado de flores frescas.Vanesa se dejaba abrazar por Erick, sentada en su regazo frente al fuego.Después de todo lo que habían pasado, el mido por su pasado, el temor que sentía por los hombres ya no estaba, no cuando está cerca de su pareja, por que cuando esta con el se siente que nada de lo que vivió en su pasado tiene sentido alguno.Él le acariciaba el cabello en silencio, sus labios rozando su frente de vez en cuando como un recordatorio: estoy aquí, nada puede hacerte daño.Y no era una promesa para ella, era una promesa para el mismo ya su dragón.—Todo ha terminado —susurró Erick en su oído, su voz una promesa de acero y ternura—. No dejaré que vuelvan a tocarte. —Vanesa cerró los ojos, respirando hondo su aroma, su calidez, su fuerza.Sabía que en sus brazos estaba a salvo.—¿De verdad crees que ella se rendirá? —preguntó, su voz temblando apenas.Aunque no haya co
Capítulo 17.El amanecer apenas comenzaba a teñir de rojo el horizonte cuando Erick irrumpió en los salones principales del castillo.Su paso era firme, devastador.Cada sirviente que cruzaba su camino bajaba la mirada y se apartaba temblando, sintiendo el peso brutal de su furia contenida.No llevaba su habitual capa real.No llevaba su corona.Solo a sí mismo... y eso era más aterrador que cualquier símbolo de poder.Encontró a su madre sentada en el trono secundario, rodeada de cortesanos que murmuraban entre ellos.Al verlo entrar, el salón se quedó en un silencio sepulcral.Ella alzó la barbilla con altivez, pero sus dedos temblaban ligeramente sobre el brazo del trono.—Hijo... —empezó a decir con una sonrisa que no le alcanzaba los ojos.—No —la cortó Erick, su voz baja, gélida como una sentencia de muerte.El aire en la sala se volvió pesado, casi irrespirable.Un murmullo sordo recorrió las paredes cuando la presión de su aura empezó a empujar contra todos los presentes.—Te
Capítulo 16.Los mejores y más efímeros momentos son los que añoraras en las noches de insomnio.Vanesa solo quería salir de ese salón de baile.Dondequiera que volteara, sentía miradas clavándose en ella: de burla, de desprecio, de asco.Las luces parecían moverse erráticamente, las voces se volvían ecos lejanos, y su piel ardía como si su propio cuerpo le fuera ajeno.Una opresión en su pecho le impedía respirar con normalidad.Trató de parecer serena, pero simplemente no podía.Erick estaba a su lado, pero ni siquiera su cercanía lograba apaciguar la tormenta dentro de ella.Al dar un paso atrás, Erick la tomó del brazo con delicadeza, y con un gesto firme la sacó del salón hacia un lugar apartado de todos esos ojos que no dejaban de juzgarla.—¿Dime qué pasa? —le preguntó en voz baja, una vez que estuvieron lo suficientemente lejos, aunque sabían que en ese lugar no existían secretos para los sentidos agudos de su especie.Vanesa apenas podía hablar.Su respiración era irregular, s
Narrador desconocidoNo des todo por un hombre, ellos te tomarán, cuidarán, te harán sentir en la cima del mundo, y cuando creas ser la más feliz, de la forma más despiadada, te soltarán… destrozándote.Dejándote reducida a cenizas. Con el alma rota, siendo un cascarón vacío.La noche cae lentamente mientras veo por mi balcón cómo el cielo se tiñe de hermosos colores. Recuerdo que solía disfrutar de ese momento cada día, admirando cómo el cielo cambiaba para darle paso a la oscuridad.Ahora todo carece de sentido, no veo belleza en nada. Todo parece sombrío. Solo veo un momento que, como todo, pasará y no deja nada a su paso más que un recuerdo.Giro mi cabeza y contemplo el libro en mis manos. En todo libro las parejas son felices para siempre. Qué estupidez.Nadie es feliz cuando quien te amó al final del día te destrozó el alma y ahora solo recuerdas todo como un tormento. Y te culpas por lo que pasó. Quizás lo haces porque creíste algo que solo estuvo en tu mente.Mis ojos se llen
Capítulo 14La tensión en el lugar subió hasta el cielo con la entrada de esa chica de cabellos castaños y ojos azules que desde que cruzó la puerta fue elogiada por todos, casi venerada.Vanesa no pudo evitar sentirse menos ante la llegada de ella, y aunque quiso hacer a un lado ese pensamiento, simplemente no se fue de su mente, más aún cuando vio a la madre de Erick acercarse a la mujer con una gran sonrisa.Su intuición le gritó que esa mujer era importante y que seguramente traería problemas. Fue testigo de cómo se abrazaban e incluso hacían muestra de afecto con un beso en la mejilla.Le revolvía el estómago ver la enorme sonrisa en la cara de la madre de su pareja.Pero todo quedó a un lado cuando sintió la mano grande y cálida del hombre que la hacía sentirse segura, el único que lograba que sus miedos se disiparan con solo estar a su lado.—¿Hay algo que te incomoda, mi reina? —preguntó él, haciendo que ella girara su cabeza hacia él.Vanesa vio en su mirada la preocupación, y
Capítulo 13.Cuando te vuelves experta en ocultar tus emociones dejaras de darle explicaciones a quienes solo quieren dañarte.Vanesa sale de su habitación como le indico Fátima y tratando de no perderse en ese lugar sigue sus palabras, recorre el pasillo que parece hacerse mas largo con cada paso queda. Su pecho comienza a subir y bajar con rapidez al verse presa de un ataque de nervios.No sabe que está pasando, pero si siente que este día marcara una gran diferencia en toda su vida y no se siente preparada para esto. Por un momento se detiene y no sabe que hacer, quiere regresar a la habitación donde despertó y no salir de esta, ya que por cada paso que da se siente como una presa en una jaula llena de depredadores esperando un momento de debilidad para saltarse encima y atacarla.Esta a punto de dar un paso atrás y volver, pero la presencia de una persona frente a ella la detiene.—Mi señora— le habla una chica del servicio, pero en su boca se puede escuchar el desprecio por ella,
Último capítulo