Cuando Dixon entró por la puerta de su casa casi la astilló al tirarla convirtiendo su cuerpo. Su semblante no era nada agradable.
-CLARAAAA- gritó llamando a su mate mas no recibió respuesta y eso lo puso sumamente incómodo, porque, además, no sentía su aroma cerca- Claraaaaa.
Ante su llamado insistente y el tono utilizado Will apareció corriendo bajando rápido por la escalera.
-¿Dóndes está mi mate?- Dixon jadeaba y su cuerpo estaba sudado, su cabello negro se pegaba a su piel y la sensación dentro de su pecho era sumamente desagradable. Necesitaba saber dónde estaba su pareja en ese momento.
-Alfa, la Luna no está aquí.
El gruñido que vino después hizo que hasta el beta retrocediera. La ansiedad dentro del lobo alfa creció.
-¿Dónde está?- exigió una respuesta y Will supo que no le iba a gustar lo que iba a decir.
-Ella…- el beta tragó en seco- Ella aprovechó que usted no estaba … y fue a su casa a recoger sus pertenencias.
Los ojos dorados de Dixon casi soltaron llamas.
-¿Y la deja