Un quejido agudo se escuchó desde afuera y los tres lobos se erizaron. Ethan estaba pálido esperando fuera de la habitación. Por su parte Dixon tenía cargado sobre un brazo a Fenrir que estaba temblando de los nervios.
Quién les hubiera dicho a ellos que, a solo un año de completar el enlace con su mate, esta estaría teniendo un parto en ese momento. Y ellos más aterrados de que le pasara algo, no podían estar.
Dixon parecía el más tranquilo de los tres, pero nada más lejos de la realidad. Pensar que a Clara le ocurriese algo era lo que más miedo le daba.
Había sido lindo verla con su pancita creciendo día a día hasta que se hizo hasta incómoda para ella moverse, como dormía entre ellos para buscar su calor y comodidad y lo mejor de todo es como olía. Tan dulce que derretía.
Pero el proceso del parto era algo aterrador.
De pronto un último quejido peor que los anteriores y después un silencio. Los dos lobos junto a Fenrir que apretaba con fuerza el cuello de Dixon se quedaron quietos.