Esa noche ambos durmieron abrazados, no podían jugar mucho por el riesgo en el embarazo, en realidad no podían jugar nada, por lo que solo se limitaban a abrazarse, pero ahora como futuros esposos.
Sofía y Monique serían las encargadas de conseguir el vestido apropiado para la ceremonia, aunque solo sería por lo civil, la boda religiosa la harían cuando ya todo hubiera terminado.
Aurelio e Ignacio estaban felices y agradecidos con Dana, ella era la mujer que había logrado sacar a su hijo y nieto de las sombras, de la depresión y del dolor y le había mostrado un mundo lleno de colores, en el que ser feliz estaba permitido y le enseñó que no todo dependía del dinero, sino también de las personas que tengan a su alrededor, ya que con la persona correcta la vida es mucho mejor.
Ahora solo les quedaba saltar el pequeño bache que consistía en hacer creer a las tres arpías y sus cómplices, no solo que estaban muertos sino también que no serían relacionadas con el atentado. Mientras más se co