Leah:
—Bien pequeña, solo una porción de Harina —Marcelo le dio la taza a Roxanne— muy bien. —chocaron los cinco mientras que Roxanne reía.
Miraba como Marcelo le explicaba a Roxanne como debía hacer las galletas. Ella estaba de pie en una de las sillas mientras que el vigilaba para que no se hiciera daño.
La forma en la que Marcelo cuidaba de Roxanne me resultaba tierna, es tan meticuloso en la cocina del restaurante, pero aquí se permite llenarse de harina solo para hacer reír a Roxanne.
—¿Nos ayudas? —volteó a verme.
—Si mami, ven a ayudarnos.
—No, están bien sin mi en la cocina. —hice un puchero.
—Ven aquí Vita mia —tomo mi mano y me llevó a la cocina— algo me dice que eres buena en la cocina.
—Ni tanto pero me se defender —me encogí de hombros.
—Hay confianza, así que eso es más que bueno —sonrió.
Terminaron de hacer las galletas y las colocaron en el horno. Llevaba tiempo que no me sentia asi, tan tranquila y con michas ganas de comerme el mundo. Haber dejado ir por comple