CAPITULO 2

Iba tan nerviosa en su auto, estaba con un chico que parecía sacado de una revista de modelos juveniles, era tan amable que intentaba sacarme conversación, pero yo era tajante porque no soy buena con las conversaciones

Cuando vi mi casa, quise salir corriendo ya que sentía que mi cara estaba roja, me sentía sofocada, intenté quitarme el cinturón de seguridad, pero no pude.

—Deja te ayudo… —mi cara se prendió en calor cuando siento que su rostro esta peligrosamente muy cerca del mío, —Listo.

“no, no, no..”

Sus ojos eran tan hermosos, sus labios… los estaba viendo y como no hacerlo si está a milímetros de los míos, mi corazón se enloquece cuando sonríe viéndome fijamente.

—Buenas noches.

No se en qué momento salí de su auto, solo me quedé paralizada sin reaccionar cuando besó mi mejilla, mis padres al verme afuera sin moverme de mi lugar, me llevaron a dentro y me dejaron en mi habitación cuando les dije que estaba cansada y que no tenía hambre

“¿Qué fue eso?”

Hoy debía ir a clases, otra vez. “que emoción!” en realidad no quería ir ya que eso seria otro año siendo la inexistente chica que todos molestan cuando quieren, ojalá y encuentren a otro a quien fastidiar. Sujeto mi mochila, como siempre uso mi ropa mas decente y mi cabello rebelde y liso recogido un moño, mis lentes, si tengo miopía y los necesito

—¿Quién es él?...

Los murmullos me hacen ver hacia atrás, al ver a Damián nuevamente mi cuerpo se paraliza, ayer tuve la oportunidad de verlo mas de cerca, pero hoy que es de día… me doy cuenta lo atractivo que es, “¡Maldición, es lindo!”, estaba tan distraída viéndolo que no me di cuenta que las chicas que siempre me molestan venían hacia a mi, solo reaccioné cuando sentí que me empujaron, caí al suelo y mis libros se esparcieron frente a mi mientras los pisoteaban

Todos se reían de mi pero yo me Moria de la vergüenza porque seguramente el vio todo, al levantar mi cabeza, lo vi, estaba de pie frente a mis ojos.

—Quítate de mi camino.

Sus palabras me cayeron como un valde de agua fría, me hice a un lado y el pasó por encima de mis cosas, sentada me quedé observando mis cosas en el suelo mientras los demás se marchaban dejándome completamente sola mientras mis lagrimas ruedan por mis mejillas nuevamente.

Me perdí la primera clase ya que me encerré en el baño por un rato hasta que pudiera calmarme, para muchos venir a clases es algo maravilloso ya que se reúnen con amigos, salen con sus parejas después de clases, pero yo no lo veo así, mas bien siento que es mi infierno en vida

A cabizbaja entré a la siguiente clase, siempre estaba sola, nadie quería ser mi compañero de asientos ya que esparcieron un rumor de que tenia piojos, “cosa que no es cierta”. Estaba sumergida en la voz del profesor que no vi quien había entrado de ultimo, solo presté atención cuando sentí que alguien estaba a mi lado

Al ver de reojo lo vi, sentado a mi lado estaba Damián, como anoche, pero esta vez mas cerca. Me ignora y mantiene su vista en el profesor, no tenia nada para tomar nota de lo que dejaría de tarea. La clase había finalizado y siempre espero a que todos salgan del salón porque soy lenta para anotar, sin darme cuenta ya todos se habían ido

—Una vida tras otra.

Giro rápidamente cuando escucho su voz. Todo este tiempo estuvo detrás de mí, decidí ignorar lo que dijo ya que tal vez pensó que era otra persona.

—Elizabeth, —detengo mi andanza cuando dice mi nombre. ¿Cómo sabe mi nombre? —¿Es tu nombre verdad?

Muevo mis ojos nerviosa, ¿Qué estaba diciendo?

—Perdón… yo… creo que te equivocaste de chica. —quise salir pero toma de la muñeca —No me equivoqué —ladea una sonrisa cálida descolocándome por completo. —Lamento lo de esta mañana. Si quieres puedo compensártelo con una salida después de clases.

“No, no… aquí hay algo mas”

Salir lastimada no es lo que quería, siempre que alguien se acerca a mi, es para lastimarme y eso no lo voy permitir, ya he sufrido suficiente en mi vida así que lo alejé de mi y salí a grandes zancadas del salón, mi corazón estaba loco porque, el que un chico te haga una proposición como esa, es algo que no sucede todos los días

Al salir de clases, iba a subirme al autobús, pero me detuve cuando vi a un grupo de chicos que parecían esperarme para hacerme una broma así que no quise entrar y deje que mi transporte se fuera. Maldigo por dentro, pero reacciono asustada cuando escucho un claxon aproximarse rápidamente

—¿Te llevo?

Sujeto mis libros con fuerza mientras pienso en las opciones que tengo que son pocas por cierto, confiar en alguien como él no es lo que debo hacer porque es un extraño. Pero no deja de mirarme con esa sombría mirada y esa aura tenebrosa y dominante que lo rodea

Solo cuando llegué a casa me sentí a salvo, pero me alteré cuando vi que el no se detuvo y aceleró cuando estábamos cerca para luego alejarnos de mi casa.

—Oye..

—Te vas a divertir. Enserio que lo necesitas.

—¡No, para! —el me ignora y sigue su camino, así que sin pensar en las consecuencias intenté arrojarme del auto pero el se dio cuenta de mis intenciones y me detuvo —¡Déjame!

El detuvo el auto así que me bajé y camine ignorándolo, de pronto me sujeta del brazo y cubriendo mi boca me llevó al callejón, el miedo me invade cuando veo sus ojos, eran azules, de un rojo tan intenso y brillante que quería ayuda.

—No te vas a escapar de mí, eres mi mujer te guste o no.

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